En 2014, Eric Garner murió asfixiado mientras era arrestado por vender cigarrillos sueltos. Antes de morir gritó 11 veces que no podría respirar. El oficial que lo mató fue absuelto. Seis años después continúan los casos de brutalidad policial contra afroestadounidenses y ahora es mucho más evidente gracias a las cámaras de los celulares y las redes sociales.