Fox no controló la mentira del fraude que difundían sus periodistas, ahora impide que hablen de la demanda que enfrenta

Digámoslo en alto. Para que nos escuchen a lo lejos. Fox News, el canal de televisión por cable que alcanza a un promedio de 2.3 millones de personas todos los días solo con la programación que ofrece en su horario estelar, siempre supo que eran falsas y completamente absurdas las acusaciones de fraude hechas tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020.
Aun así, conociendo la verdad sobre la legitimidad del proceso de votación y sobre el recuento efectivo de votos, ni los ejecutivos de la cadena ni varios de sus famosos presentadores movieron un dedo siquiera para impedir que la teoría conspirativa que terminó provocando el ataque del 6 de enero de 2021 en el Capitolio se propagara.
Al revés.
Esta semana supimos que el propio Rupert Murdoch, dueño del imperio mediático que controla Fox News, reconoció en un testimonio ante la justicia que algunos de los periodistas más famosos de su empresa mantuvieron la falsedad antidemocrática en sus menús informativos diarios de forma totalmente consciente y constante. Y que nadie intentó pararlos. (Los detalles del proceso en el que Murdoch fue testigo están disponibles aquí).
La revelación de Murdoch es aterradora. Estamos hablando de un gigantesco grupo de prensa y de renombrados periodistas que, por razones políticas, prefirieron ignorar la verdad de los hechos y difundir mentiras.
Una rápida ojeada en el código de ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ, por sus siglas en inglés) revela lo evidente: "El periodismo ético debe ser preciso y justo. Los periodistas deben ser honestos y valientes al recopilar, informar e interpretar la información". Y más: deben "buscar la verdad y reportarla". Los de Fox News no tomaron esto en serio.
Pero hay en este escándalo otros asuntos que reflexionar que merecen un debate más profundo.
En su testimonio, Murdoch negó que Fox News, como cadena de televisión, hubiera esparcido las mentiras sobre fraude electoral. Prefirió estirar su dedo acusador hacia algunos de sus empleados para echarles a ellos la totalidad de la culpa por el circo desinformativo. Llegó a decir que debería haber hecho algo para pararlos, pero no lo hizo.
Quienes conocen un poquito sobre el funcionamiento de los grandes medios de comunicación saben, sin embargo, que los únicos que tienen libertad para opinar de forma pública (y que suelen hacerlo incluso sin la protección legal de las empresas) son los columnistas y los comentaristas. Jamás los presentadores.
Es verdad que, en sus programas, Sean Hannity, Jeanine Pirro, Lou Dobbs y Maria Bartiromo suelen dar muchas opiniones, pero, a los ojos de los ciudadanos comunes, son espacios informativos, noticieros. El grupo informa. No opina. Y la cadena sabe eso. Juega con eso.
Así que no seamos ingenuos. Es i mposible que hayan pasado meses hablando de fraude electoral en Fox News sin que los ejecutivos del canal lo supieran y lo aprobaran.
Y la prueba más grande de esto está en el hecho (absurdo) de que Howard Kurtz, responsable de la cobertura de los temas relacionados con medios de comunicación en Fox News, reveló el pasado domingo que la cadena no le permite escribir una línea siquiera sobre este asunto. O sea, si Fox News hubiera querido acallar a Hannity, Pirro, Dobbs y Bartiromo, le bastaría con haber usado la misma estrategia que ahora aplica a Kurtz. Listo.
Pasemos ahora a imaginar qué fin puede tener toda esta historia y cuál sería su impacto.
¿Sería suficiente que Fox News pidiera disculpas a los electores estadounidenses? Pensemos por un momento de qué sirvieron las disculpas que ofreció The New York Times después de la cobertura de los eventos que llevaron a la guerra de Irak, en 2004. ¿Valió de algo? ¿Cambió algo? Y, volviendo a Fox News, si la cadena se disculpara, ¿cómo exactamente se daría esto? ¿Cómo mediríamos el éxito de algo así?
Lo veo imposible.
¿Cómo impedir que el escándalo de Fox News cree jurisprudencia para la peligrosa lógica del 'mentimos ahora y luego nos disculpamos si nos pilla la justicia'?
Quiero subrayar dos temas que están conectados. Primero la baja popularidad del escándalo. El testimonio de Murdoch llegó a los medios de comunicación, pero no se viralizó. Una prueba más de que la verdad tiene menos poder de dispersión que la mentira –desgraciadamente.
Segundo, que, al leer sobre este escándalo a lo largo de esta semana, encontré mucha gente criticando la forma, digamos, tímida como otros medios de comunicación están reporteando sobre el asunto.
Es verdad que las mentiras difundidas con la ayuda de la poderosa cadena conservadora pueden estar en la raíz de las inaceptables muertes registradas el 6 de enero de 2021. También pueden estar detrás de muchas peleas entre familiares y amigos, parte de una ciudadanía víctima de la creciente polarización que Fox News ha ayudado a fomentar.
Pero me permitiré recordar la importancia del silencio estratégico cuando hablamos de desinformación.
A los que desean venganza, con grandes portadas sobre este último escándalo de Fox News, vale recordar que hay maneras adecuadas para informar sobre el impacto de una mentira. Recordarla a lo grande puede, de hecho, llevar a una nueva viralización. Y a los desinformadores les encanta aprovechar todo espacio posible para volver a esparcir sus mentiras.
Cristina Tardáguila es directora de ICFJ y fundadora de Lupa.
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