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CityLab Vida Urbana

Los Estados Infelices de América

Incluso con el buen paso de la economía, los estadounidenses se sienten más ansiosos, deprimidos e insatisfechos con sus vidas que en 2009.
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21 Mar 2018 – 05:44 PM EDT
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Una auditoría estatal muestra que no se sabe como se gastan 13,000 millones de dólares para ayudar a los más de 150,000 desamparados en California. Crédito: Justin Sullivan/Getty Images

En estos días, Estados Unidos no es un lugar feliz. Aunque la economía ha mejorado, la polarización está en su punto más alto y un malestar, o algo peor, se está apoderando del país.

Nuestra felicidad, o lo que los investigadores llaman ‘ bienestar subjetivo’, ha disminuido en todo el país, según un estudio de la Organización Gallup y el servicio de información sanitaria Sharecare. El estudio toma en cuenta los resultados de encuestas realizadas a más de 2.5 millones de estadounidenses. Este examina cómo las personas se sienten en sus vidas cotidianas en las diferentes dimensiones clave del bienestar, incluyendo la salud física y el bienestar; el apoyo que reciben de relaciones personales y familiares; la seguridad financiera y económica; el sentido de propósito; y la conexión a la comunidad.

A pesar de algunas ganancias en categorías específicas, los resultados generales muestran una nación donde el bienestar está en serio declive. De 2016 a 2017, Estados Unidos experimentó su mayor declive interanual del bienestar en los diez años que Gallup ha monitoreado estos datos. Además, 21 estados registraron bajas absolutas en sus niveles de bienestar, y ni un solo estado mostró una mejoría estadísticamente significativa en 2017.

(Índice de Bienestar Gallup-Sharecare)


El mapa de arriba, tomado del estudio, muestra el nivel de bienestar de los 50 estados. Un amplio cinturón de infelicidad (indicado en rojo) se extiende desde los estados del Cinturón del Óxido de Ohio e Indiana hasta West Virginia (el estado con el nivel más bajo de bienestar) más al sur hacia Oklahoma, Arkansas, Louisiana y Mississippi. Nevada y Rhode Island también muestran tasas muy bajas de bienestar. Por el contrario, un cinturón de relativa felicidad se extiende a través de los estados montañosos, incluyendo las Dakotas, Idaho, Montana, Utah y Colorado. Vermont, New Hampshire y Hawái también muestran altas tasas de bienestar.

(Índice de Bienestar Gallup-Sharecare)


El siguiente mapa muestra los estados que han experimentado los mayores declives de bienestar interanual. Las personas en estos estados reportaron aumento de la depresión, aumento del dolor físico a diario, aumento de la preocupación cotidiana, disminución de la ‘energía positiva’ de familiares y amigos, y disminución de la satisfacción con sus niveles de vida, entre otras cosas. Los 21 estados que reportaron declives abarcan el Cinturón del Sol, el Cinturón del Óxido y la Costa Oeste, como muestra el mapa. Curiosamente, estos estados no parecen tener mucho en común: incluyen estados más ricos y saludables, así como algunos de los estados más pobres y menos saludables.

Estados que experimentaron disminuciones significativas en el bienestar en 2017. Ningún estado experimentó un aumento estadísticamente significativo. (Índice de Bienestar Gallup-Sharecare)

Sin embargo, no todas las noticias son malas. Varios parámetros de salud física, como no fumar y hacer ejercicios regularmente, aumentaron. Y más de la mitad de los encuestados dicen que están ‘prosperando’ más que nunca antes. Lo que podríamos ver es una creciente desigualdad en el bienestar que refleja la creciente desigualdad económica y espacial del país.

Entonces, ¿qué factores podrían ayudar a explicar esta caída y división en los 50 estados? Para evaluar esto, mi colega Charlotta Mellander corrió dos conjuntos de correlaciones: la primera sobre factores económicos, demográficos, sociales y políticos que están asociados con los niveles de bienestar actuales, y la segunda sobre los factores que están asociados con el cambio en el índice de bienestar Gallup-Sharecare entre 2009 y 2017. Como de costumbre, quisiera señalar que la correlación no implica causalidad, sino que simplemente señala las asociaciones entre las variables. La salud y la felicidad humanas son fenómenos complejos influenciados por un número infinito de factores.

Aún así, sus resultados brindan una perspectiva adicional interesante sobre las tendencias y patrones de bienestar en Estados Unidos.

¿Cómo se relacionan distintas características con el grado de felicidad de los estados?
Para entender estos datos, hay que tener en cuenta que este índice va del -1 al 1, donde -1 establecería total correlación negativa (es decir, que mientras un factor aumenta, el otro disminuye) y 1 establecería total relación positiva (ambos aumentan o disminuyen de forma paralela).
CategoríaCorrelación
Ingreso promedio (2008-2010)0.35
Graduados universitarios0.57
Clase creativa0.38
Clase obrera-0.48
Desigualdad de ingresos-0.31
Población por debajo del umbral de pobreza-0.59
Población negra-0.48
Valor promedio de la vivienda0.43
Aprueban el trabajo de Trump-0.29
Desaprueban el trabajo de Trump0.31
Población muy religiosa-0.38
Población bohemia0.44
Hacen ejercicios regularmente0.51
FUENTE: | UNIVISION

Comencemos con el nivel general de bienestar. La conexión entre la felicidad y el bienestar se ha reportado en muchos estudios, y encontramos que se cumple tanto para los estados como para las personas. El bienestar está moderadamente correlacionado con los niveles de ingresos. Dicho esto, no existe una asociación estadísticamente significativa entre la productividad —el determinante subyacente de la riqueza de los estados— y los niveles de bienestar.

Por otro lado, la educación parece tener una estrecha asociación con el bienestar de los estados. La correlación entre el bienestar del estado y la proporción de adultos que son graduados universitarios se encuentra entre las más altas en nuestro análisis.

El bienestar también se asocia con la naturaleza de las economías estatales. Se asocia positivamente con los estados con economías más basadas en el conocimiento (medido como la proporción de trabajadores del conocimiento, profesionales y creativos) y se asocia aún más negativamente con los estados con economías de clase obrera.

La desigualdad también juega un papel: la felicidad tiene una modesta asociación negativa con la desigualdad de los ingresos. La pobreza juega un papel más importante, con una correlación negativa más fuerte entre el bienestar y la proporción de la población que vive por debajo del umbral de pobreza. La raza también juega un papel; la felicidad está asociada negativamente con la proporción de la población que es negra.

A pesar de todo lo que se habla entre los urbanistas acerca de los altos y crecientes costos de la vivienda, la felicidad es más alta en los estados donde el valor de la vivienda es más alto. Esto se debe probablemente a que esos estados también suelen tener mayores niveles de ingresos y tal vez a que muchos propietarios han experimentado una mayor apreciación del valor de las viviendas y, por lo tanto, tienen más seguridad financiera.

La división política de Estados Unidos también juega su papel. Se podría pensar que los estados que votaron por Trump serían más felices este año que aquéllos que votaron por Clinton. Pero ése no es el caso en todos los estados. El bienestar en realidad es mayor en los estados donde más personas desaprueban el trabajo del presidente, y menor en los estados donde más personas aprueban su trabajo.

Hay un patrón similar cuando se trata de indicadores de la división cultural en Estados Unidos. El bienestar es inferior en los estados más religiosos, y mayor en los estados con una mayor concentración de artistas, músicos, escritores y otros ‘bohemios’. También es mayor en los estados donde las personas hacen más ejercicio y están en mejor forma física.

Algo que no influye es el nivel de urbanidad. No encontramos asociación estadísticamente significativa alguna entre la felicidad y el nivel de urbanidad (independientemente si se mide como la proporción urbana de la población o como el área urbana).

¿Acaso los declives del bienestar en 2017 representan una aberración atípica, o son indicativos de una tendencia mayor? Se podría esperar que la felicidad repunte en un período en el que la economía se recuperó de la Gran Recesión. De hecho, sucedió lo contrario. Cuando comparamos los datos de Gallup sobre el bienestar con los datos de Gallup de 2009, encontramos que el bienestar en realidad disminuyó en los 50 estados entre 2009 y 2017. Además, estas disminuciones se concentran en los mismos estados que tenían mayores niveles de bienestar en 2009.

Otras importantes correlaciones con la felicidad
Para entender estos datos, hay que tener en cuenta que este índice va del -1 al 1, donde -1 establecería total correlación negativa (es decir, que mientras un factor aumenta, el otro disminuye) y 1 establecería total relación positiva (ambos aumentan o disminuyen de forma paralela).
CategoríaCorrelación
Porcentaje de población en la pobreza0.41
Ingreso promedio-0.34
Proporción urbana de la población-0.28
Capital humano-0.34
Bienestar en 2009-0.75
FUENTE: | UNIVISION

Muchas de las divisiones que definen la sociedad estadounidense no parecen tener una importancia estadísticamente significativa en los cambios en el bienestar en los últimos años, incluyendo la división política, las divisiones raciales, o si un estado tiene una economía basada en el conocimiento o en la clase obrera.

Entonces, ¿qué es lo que sí importa para la variación de bienestar con el paso del tiempo? Para empezar, los ingresos, pero no en la dirección en la que se podría pensar. Los estados de ingresos más altos han experimentado una mayor disminución en el bienestar. El mismo patrón se aplica a la educación y a los estados más urbanos. Cuanto más afluente y urbano es un estado, mayor es la disminución de su bienestar neto. Por el contrario, los estados con mayores niveles de pobreza se asocian con un cambio positivo en el bienestar durante este período de tiempo.

De hecho, la disminución de la felicidad en Estados Unidos se ha concentrado en los estados que tenían los niveles más altos de felicidad en 2009. La gráfica de dispersión a continuación muestra esto claramente, comparando el cambio en el bienestar de 2009 a 2017 con el nivel de bienestar en 2009. La línea se inclina abruptamente hacia abajo y hacia la derecha, lo que indica que estados como Utah, Hawái y Iowa, los cuales se encontraban entre los estados que tenían mayores niveles de bienestar en 2009, han experimentado los declives más abruptos. Esta correlación dista mucho de ser la mayor en nuestro análisis (la enorme cifra de -0.75).

(Charlotta Mellander)


Las encuestas de Gallup, y nuestro propio análisis de ellas, muestran una imagen de una nación dividida en términos de felicidad. En el momento actual, esta brecha sigue las mismas divisiones económicas, políticas y de clase que polarizan a nuestra nación. En un marco de tiempo más amplio, nuestro bienestar subjetivo ha disminuido en todos los estados, incluso en momentos en que la economía se ha recuperado. Estados Unidos se está volviendo cada vez más infeliz y la tendencia hacia la infelicidad se concentra en los lugares que solían estar entre los más felices. Independientemente de las razones, la psique colectiva estadounidense está sufriendo claramente en la actualidad.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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