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CityLab Medio Ambiente

Houston quiere construir gigantescos túneles para enfrentar las nuevas megainundaciones

La ciudad que se vio afectada está prefiriendo excavar antes que cambiar su planificación urbana, pero no está claro que ese camino vaya a funcionar.
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13 Abr 2018 – 05:29 PM EDT
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Una mujer navega por una calle inundada en Houston, Texas, después del huracán Harvey. Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI/AFP/Getty Images

Ya han pasado siete meses desde que Houston vivió la peor inundación en la historia de Estados Unidos. Con la temporada de huracanes de este año a solo unas semanas, vale la pena recordar que es solo cuestión de tiempo antes de que ocurra la próxima gran inundación.

Por lo tanto, Houston necesita un plan sobre qué hacer con su situación cada vez más húmeda lo antes posible. Pero la pregunta es, ¿qué plan?

Básicamente, hay dos caminos a seguir: aceptar las inundaciones, planificar a largo plazo y diseñar una visión diferente de la vida en una megaciudad construida sobre un pantano. O jugárselo todo y comienza una carrera armamentista para luchar contra el clima. Hasta el momento, parece que Houston está eligiendo la segunda opción.

El Distrito de Control de Inundaciones del condado de Harris —agencia encargada de administrar el área alrededor de Houston— está considerando un gigantesco plan de infraestructura para reducir la amenaza de futuras inundaciones. Implicaría perforar enormes túneles para aguas pluviales de 100 a 200 pies bajo tierra para canalizar agua directamente al Golfo de México mediante un sistema de bombas. Sin embargo, la idea no convence a muchos planificadores urbanos.

"Esta estrategia es como tirar el agua de una bañera que se desborda directamente de vuelta a la bañera", dice Monica Rokicki-Guajardo, consultora de diseño urbano quien hasta hace poco estaba en la Universidad de Houston.

Lo que se necesita es una expansión de las zonas de inundación que refleje la mejor estrategia científica disponible actualmente. Esto implicaría comprar propiedades privadas en las llanuras aluviales en expansión y aceptar un futuro más húmedo. También ese enfoque está recibiendo el apoyo del condado, pero no de manera suficiente. Pero un buen plan debe asegurar sobre todo que los fondos limitados se distribuyan equitativamente entre las comunidades de minorías y las familias de bajos ingresos a quienes más afecta un problema estructural que no crearon ellas mismas.

"Esta estrategia es como tirar el agua de una bañera que se desborda directamente de vuelta a la bañera".


Este enfrentamiento filosófico —construir túneles o planear una retirada cuidadosa— es quizás la primera gran batalla que enfrenta al actual panorama climático con las medidas que buscan mitigar su impacto en una ciudad estadounidense. El resultado podría definir el tono para las próximas décadas. Teniendo en cuenta lo que sabemos sobre la naturaleza y la negación humanas, una carrera armamentista contra el cielo en todo Texas parece casi inevitable.

La de Harvey no fue la primera gran inundación de Houston, pero definitivamente fue la más dramática. Después de una semana de incesantes lluvias, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos estaba casi completamente bajo el agua. El centro de Houston está a solo 50 pies sobre el nivel del mar y se hunde rápidamente. Para una parte del sureste de Texas equivalente al tamaño de Nueva Jersey, Harvey produjo lluvias que no se esperaban más de una vez en mil años en un clima estable.


Pero no tenemos un clima estable. Desde la década de 1950, el área de Houston ha experimentado un aumento de un 167% en la caída de lluvia. En poco más de dos años, Harvey fue la quinta tormenta de '100 años', es decir, de una intensidad tal que se esperaba que ocurriera solo una vez cada siglo bajo condiciones 'normales'.

Pero ya no hay tormentas normales. La atmósfera cálida, con sus elevadas tasas de evaporación y su mayor capacidad para retener humedad, hizo que las lluvias de Harvey fueran unas seis veces más probables. Y probablemente la situación empeorará. El cambio climático seguirá provocando lluvias épicas desde los cielos de Texas con una frecuencia acelerada durante al menos el resto de este siglo.

El cambio climático está muy relacionado con el agua. En todo el mundo, las personas han estado intentando utilizar la ingeniería para salir de este lío. California ya cuenta con el sistema público de acueductos y canales más grande del mundo, el cual canaliza el agua desde el exuberante norte hacia las granjas, desiertos y ciudades del sur. Tokio, con su espeluznante sistema subterráneo de almacenamiento de aguas, está una generación por delante de Houston en lo que respecta a la planificación de lo inevitable. Chicago se encuentra en algún sitio intermedio, pues ya ha invertido alrededor de 3,000 millones de dólares en un sistema masivo de desviación de aguas pluviales que se espera esté listo en una década.

El mes pasado, los funcionarios del condado de Harris aprobaron más de 100,000 dólares para estudiar el proyecto de túneles, el cual costaría miles de millones de dólares y tomaría años en construirse. La idea cuenta con el apoyo del congresista republicano que representa a Houston en el Congreso y de su rival demócrata. Elon Musk también expresó rápidamente su entusiasmo en nombre de su compañía de perforación de túneles, porque, por supuesto, tenía que hacerlo.

La ciudad se mueve lentamente, en cierta medida porque el problema es inmenso. Es probable que una emisión de bonos por 1,000 millones de dólares para la preparación ante inundaciones se someta a votación posteriormente este año, y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense también debe decidir cómo gastar los 15 mil millones de dólares aprobados por el Congreso para ayudar a Texas a recuperarse del huracán Harvey.

Las respuestas ingenieriles al cambio climático casi siempre tienen consecuencias imprevistas y empeoran la desigualdad. En lugar de este proyecto masivo, Houston podría implementar una regulación básica del desarrollo y expandir los espacios verdes para reducir las inundaciones. En este sentido, Rokicki-Guajardo sugiere una lista completa de cosas que se deben intentar, como la recuperación de los extensos humedales de la región, proporcionar incentivos para que los residentes de bajos ingresos de Houston puedan modernizar sus hogares o mudarse fuera de las zonas de inundación mientras a la vez se respetan los lazos comunitarios basados en el lugar. También, rezonificar agresivamente la ciudad podría ser una alternativa, que responsabilizaría a los terratenientes más ricos por el aumento de las inundaciones provocadas por la escorrentía.

Houston ya es la ciudad más extensa y con mayores inundaciones de Estados Unidos. Hay vecindarios enteros construidos dentro de los principales embalses de almacenamiento de inundaciones de la ciudad. Parte de la culpa la tiene el fracasado programa federal de seguro contra inundaciones, el cual funciona en desacuerdo con el desarrollo responsable, ya que fomenta la costosa reconstrucción en las llanuras aluviales. Una casa en el área de Houston inundada por Harvey había sido previamente inundada y reconstruida 22 veces.

Es importante preguntar cómo un lugar como éste podría transformarse radicalmente en 20 años para convertirse en un ejemplo, en lugar de un monumento a ignorar lo que realmente está sucediendo. Necesitamos ciudades a la vanguardia de la innovación política para enfrentar la urgencia del cambio climático. Mientras nuestra respuesta sea "no está funcionando, así que construyamos más", estamos hundidos.

Esta historia fue publicada originalmente en inglés en Grist y se reproduce aquí como parte de la experiencia colaborativa Climate Desk

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