null: nullpx
Aprendizaje Profundo

Las técnicas de estudio más comunes no son las más efectivas: te contamos cuáles sí funcionan

Todos hemos usado métodos como resaltar, releer y estudiar toda la noche antes de un examen. Expertos en aprendizaje apuntan que esas técnicas aportan poco y que han encontrado mejores formas de aprender y de retener los conocimientos.
13 Nov 2018 – 02:42 PM EST
Comparte
Default image alt
Unos estudiantes en la secundaria Skyline High School en Dallas, Texas, estudian en la biblioteca en un club de tutorías después de clases. Crédito: Allison Shelley / The Verbatim Agency for American Education: Images of Teachers and Students in Action

Muchos hemos estado en esta situación: de repente caemos en cuenta de que el examen es mañana y no hemos estudiado. Entramos en pánico. Nos sentamos a repasar todo el material la noche anterior, dormimos poco, y al día siguiente pasamos el examen rozando la raya. Muchos estudiantes hoy en día continúan utilizando esta técnica milenaria. Muchos, de hecho, se gradúan así.

Pero si ese examen fuera, por ejemplo, una carrera de atletismo, no esperaríamos que correr muchas vueltas seguidas la noche anterior nos ayudaría si no entrenamos varias semanas antes, ¿no?

Lo mismo ocurre con el estudio: lo más efectivo y eficaz es estudiar como si estuvieramos entrenando en el gimnasio, explica John Dunlosky, profesor y director del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Kent State en Ohio.

La inteligencia, la creatividad y el talento son como músculos que se pueden construir, y muchas estrategias para aprender mejor funcionan de manera parecida. Dunlosky ha investigado a fondo la efectividad de las técnicas de estudio más comunes y lo que encontró probablemente sorprenda a muchos.

“Muchos estudiantes dependen de estrategias como resaltar, releer y estudiar todo lo requerido a último momento”, escribió Dunlosky en un reporte publicado por la Federación Americana de Maestros, el sindicato nacional de docentes.

“A menudo, los estudiantes piensan que estas estrategias relativamente inefectivas son las más eficaces, y en la superficie parecen lógicas, quizá porque incluso después de quedarse la noche en vela estudiando los alumnos logran pasar rozando la raya. Desafortunadamente, al revisar recientemente las investigaciones, mis colegas y yo encontramos que estas estrategias no son tan efectivas, especialmente si los estudiantes quieren retener lo que aprendieron y entendieron del contenido mucho después de que el examen termina, obviamente una meta educacional importante”.

Dunlosky organizó estas técnicas de las más a las menos efectivas:


Algunos de estos métodos no tan efectivos seguramente los hemos usado mucho, como resumir, resaltar o releer. Otras técnicas que sí son efectivas llevan nombres menos conocidos, aunque en algún momento quizá las hemos utilizado también.

Está, por ejemplo, la práctica distribuida, que consiste en espaciar las sesiones de repaso en varias noches; o intercalar, que trata de mezclar múltiples problemas, materias o temas en una sola sesión de estudio.

¿Cuál es la mejor estrategia?

Lo más efectivo, según Dunlosky, es hacer exámenes de práctica.

Los exámenes estandarizados cada vez tienen peor reputación, pero el concepto del examen se puede rescatar como herramienta de estudio, escribe Dunlosky.

De hecho, décadas de investigación, desde 1909, han demostrado cómo los exámenes impulsan el aprendizaje.

Por ejemplo, los estudiantes de universidad que dicen usar exámenes para estudiar obtienen calificaciones más altas, según las investigaciones de 2002 de Regan A. Gurung, psicólogo de la Universidad de Wisconsin.

Y cuando maestros de middle school le dieron exámenes de práctica a sus estudiantes en 2011 estos mejoraron entre 13% y 25%, según detallaron investigadores de la Asociación Americana de Psicología en el Diario de Psicología Educacional.


La filosofía de que el aprendizaje es como un músculo que se entrena viene de la mentalidad de crecimiento, la cual asume que la inteligencia, el talento, la creatividad y el carácter se construyen y se entrenan. El fracaso deja de ser evidencia de falta de inteligencia y se convierte en un trampolín para crecer y ampliar las capacidades y fortalezas que se han obtenido. Así, los estudiantes prosperan ante los desafíos, porque los ven como oportunidades para aprender más.

En un mundo en el que a cambio de falta de información hay ruido y saturación, una de las cosas más importantes para nuestros estudiantes es cómo aprender efectivamente. Podemos darle el material a los chicos, pero son ellos quienes deben absorberlo. Son ellos quienes deben entrenar su intelecto, como un músculo.

Ve también:

Cargando Video...
“Estamos rompiendo esquemas de las escuelas tradicionales”: Así enseña esta maestra mexicana en Chicago

Loading
Cargando galería
Comparte