Parte de la Operación Jaque, que tuvo lugar en el 2008, involucraba interceptar las comunicaciones de los guerrilleros. El ejército tenía que conseguir mujeres con voces parecidas a las de las operadores de radio de las FARC, tenían que aprender el acento y las palabras usadas por la guerrilla y hasta el sonido ambiente tenía que ser similar al de la selva.