El mundo de los videojuegos es un lugar de recreación bastante seguro; manteniendo el control sobre las horas de juego, una buena alimentación y, sobre todo, estableciendo prioridades; entendiendo que la vida es mucho más que una realidad virtual, podemos disfrutar infinidad de universos y aventuras, sin siquiera salir de nuestra habitación. Pero, ¿qué sucede cuando perdemos el control?