Cómo hacer para que la gente salga a votar en las elecciones: la ciencia podría tener la respuesta
Las personas están cada vez menos motivadas para ir a votar. ¿La ciencia puede ayudar?
Un declive preocupante
La participación electoral en el último proceso estadounidense apenas alcanzó al 53,6 % del registro de votantes. En Latinoamérica, hay países con índices menores.
Los gobiernos y los organismos electorales gastan fortunas en campañas publicitarias para estimular a la población a votar, pero los índices de participación electoral siguen bajando.
¿Puede la ciencia ayudar a revertir una situación que a largo plazo puede ser muy perjudicial para la democracia y la libertad?
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¿Tienes un plan?
La ciencia del comportamiento tiene mucho que decir. Ir a votar tiene características parecidas a muchos actos que comienzan con una declaración de intenciones, como por ejemplo, iniciar un programa de ejercicios. Si no hacemos un plan concreto para comenzar a ejercitarnos (vestimenta, lugar, horario, etc), lo más seguro es que no iniciemos el programa.
Un experimento realizado durante las elecciones primarias del Partido Demócrata en 2008, trabajó con dos grupos que sumaban 287 mil votantes en Pensilvania. Al primer grupo solo se le preguntó si pensaba votar y por quién. Al segundo, aparte de lo anterior, también se le preguntó cuándo y dónde lo haría; es decir, estos electores fueron inducidos a hacer un plan para ir a votar. Tras la elección, se comprobó que el grupo inducido registró una participación de 4,1 puntos porcentuales mayor que el otro.
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La particularidad parece que no funciona
Frecuentemente, las campañas publicitarias de estímulo del voto destacan que se trata de una responsabilidad ciudadana que es necesario ejercer para contrarrestar la irresponsabilidad de los que no votan.
Al parecer, de acuerdo con un experimento realizado en procesos electorales en Nueva Jersey y California, lo que funciona mejor es decirle a la gente que tienen que hacer lo que la mayoría está haciendo. Los votantes se sintieron más motivados cuando creyeron que se estaban quedando por fuera de algo que todo el mundo pensaba hacer o estaba haciendo.
¿Estímulo pre o posvotación?
La mayoría de las campañas se comunican con las personas para estimularlas a ir a votar, obviamente antes de la elección. Unos investigadores sociales de las Universidades de Yale y del Norte de Iowa decidieron invertir el procedimiento durante las elecciones primarias de 2006 en Michigan.
No contactaron a los electores para estimularlos a ir a votar sino para decirles que después de la elección se comunicarían con ellos y con sus vecinos para preguntarles sobre su voto. Sorprendentemente, las personas contactadas de esta forma tuvieron una participación 8,1 puntos porcentuales mayor.
Es como si hubieran sentido rechazo a ser señalados, incluso dentro de sus vecinos, como incumplidores de un deber ciudadano. Publicar los registros de participación después de una elección, señalando quién votó y quién se abstuvo, sería una medida para incrementar la participación.
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