¿En qué consiste un trasplante de médula ósea?
¿Alguna vez escuchaste a alguien decir que necesitaba un “trasplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH)”? ¡Nosotras no! Esto sucede porque es probable que, salvo que haya sido un médico, lo que pudiste haber escuchado es un sinónimo: trasplante de médula ósea.
Pero, ¿a qué nos referimos con médula ósea? Al tejido o sustancia que todos tenemos adentro de nuestros huesos. ¿Y por qué éstos son importantes? Porque producen células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos y plaquetas). ¡Así de importante es la tarea que lleva a cabo esta médula!
Cómo comprobar si soy donante
A diferencia otro tipo de donaciones, en la de médula ósea la compatibilidad con la otra persona tiene que ser del 100%. ¡Esto es fundamental! Si no son totalmente compatibles, la donación no se puede llevar a cabo. Si lo son, se va a extraer del donante para la persona que lo necesita. Se considera a los hermanos como los mejores candidatos para encontrar un donante por sus características hereditarias del sistema mayor de histocompatibilidad humano (HLA).
En qué consiste
¡No te podemos asegurar que duele o no el procedimiento, pero podemos contarte de que se trata! Para los que la necesiten, está permitido utilizar la anestesia general o sino, como en las embarazadas, la epidural.
Con una jeringa, un médico profesional tiene que inyectar una jeringa en unos huesos de la cadera llamados crestas ilíacas y extraer de esta manera las células progenitoras, conocidas también como células madre o CPH, que ayudan a los pacientes en la lucha contra la leucemia y otras enfermedades. Hoy en día incluso hay máquinas que realizan este procedimiento de forma automática. Una vez que termina este proceso, a través de una transfusión se las traspasan al paciente. Un acto muy noble, ¿no?
Quiénes pueden ser donantes
- Todo ser humano mayor de 18 años hasta los 55
- Aquel que pase un análisis de sangre o de saliva para comprobar la compatibilidad del donante con el paciente
- La persona que pese más de 50 kilos
- Quien no sufra hipertensión arterial
- El que no tenga antecedentes o conocimiento de hepatitis B, hepatitis C
- Una persona que no padezca una enfermedad cardiovascular, pulmonar, hepática o hematológica
Conocías toda esta información? Si querés ser donante, podés acercarte a tu centro de salud más cercano y donar tu granito de arena. Mirá también: Qué es la mielofibrosis