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¿Quiénes fueron las costureras del sismo del 85? Conoce la historia de estas valientes mujeres

Publicado 22 Sep 2017 – 01:45 PM EDT | Actualizado 23 Mar 2018 – 08:01 PM EDT
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Después de la destrucción ocasionada por el terremoto de 1985 en México, no todo lo que salió a la luz debajo de sus escombros fueron víctimas y objetos ahora perdidos para siempre. Una de las consecuencias indirectas del movimiento de la tierra fue el destape de las condiciones a las cuales se enfrentaban las costureras todos los días, cuando iban a trabajar.

10 horas diarias, sin ganar el salario mínimo, sin prestaciones, sin generar antigüedad, trabajando horas extras para conseguir un poco más de dinero y en condiciones inhumanas: así laboraban estas mujeres, cuya lamentable situación no se dio a conocer hasta que lo perdieron todo tras el paso del sismo.

Fue un duro golpe contra la industria del vestido: mil 326 fábricas y talleres cerraron sus puertas, y 800 fueron pérdida total. Pero los fallecimientos fueron el dolor más grande de todos. Los medios de aquel entonces calcularon que entre 600 y mil 600 costureras perdieron la vida dentro de los edificios derrumbados. Incluso se reportó que hubo patrones más interesados en rescatar su maquinaria antes que a sus empleadas.

Entre empresas fantasma, patrones que se negaron a indemnizar a sus empleadas y una tasa baja de recontratación (ya que muchas de estas compañías operaban en la ilegalidad), la esperanza encontró la manera de florecer. Académicos, estudiantes, grupos políticos, religiosos y feministas sostuvieron a este gremio en sus hombros; lo ayudaron con asesorías y recolectando víveres. Las costureras no pelearon solas.

Uno de los iconos de esta lucha fue Evangelina Corona, una valiente mujer costurera que se convirtió en líder y defensora de sus compañeras, incluso sin esperarlo y sin darse cuenta, como relató en sus memorias Las cosas como fueron:

«La palabra explotación no existía en mi vocabulario, antes del terremoto del 19 de septiembre yo no tenía conciencia de explotación o no explotación. El 85 fue para mí un antes y un después en mi vida. Si no hubiera ocurrido el terremoto seguiría yo muy campante, conforme con que me dieran trabajo. Pero el salto que me hizo dar esa tragedia fue mayúsculo».

Edificio de costureras, Calzada de Tlalpan. 1985.

«¡Pega botón, hace camisas, la costurera ya no es sumisa!» Guadalupe Conde Dorado, costurera de la Ciudad de México

El ex presidente Miguel de la Madrid fue quien, después de casi un mes después del sismo, dio luz verde a que se conformara un sindicato para las costureras. Así se creó La Asociación de Costureras y Costureros “19 de Septiembre” y Evangelina Corona obtuvo el cargo de secretaria general.

Lamentablemente, después de la instauración del sindicato, los medios de comunicación dejaron de cubrir el movimiento de las costureras porque “ya habían obtenido lo que querían”, de acuerdo con Proceso. Así, la búsqueda por el bienestar de estas mujeres quedó inconclusa y la opinión pública olvidó su causa.

Por esta razón queremos recordar a todas las costureras de 1985, a quienes nos dejaron y a quienes se quedaron a mantener la lucha por alcanzar una vida digna. Porque un terremoto puede sacar lo peor de nosotros y revelar las fallas con las que convivimos día a día (incluso sin saberlo), pero también nos demuestra que después de tocar fondo, sólo nos queda subir. Y la lucha, siempre lo vale.

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