Si nos asustan, ¿por qué nos encantan las historias de terror?
Todos están hablando de la nueva película de terror que salió en el cine, y tú no puedes esperar a verla. La miras, te mueres de miedo, gritas y tienes pesadillas por una semana. Lo mismo ocurre con las leyendas urbanas o las historias de fantasmas. Lees fascinado toda la historia de La Llorona, pero después te mueres de miedo si andas solo de noche.
Entonces, si nos asustan tanto, ¿por qué no podemos dejar de consumirlas? Un investigador cree tener la respuesta.
Por los caminos del horror
Mathias Clausen, investigador especializado en el horror, cree tener la respuesta y la explica en una charla TED. Nuestro cuerpo responde de manera fisiológica al miedo aumentando los niveles de adrenalina, para preparar nuestro cuerpo para pelear o huir. Así, se acelera nuestro ritmo cardíaco, nos sentimos más despiertos, más alertas.
Incluso la piel de gallina tiene una función, y es una ventaja evolutiva. Cuando los seres humanos teníamos pelaje, que se nos pusiera la piel de gallina cuando nos asustábamos hacía que los pelos se pararan y pareciéramos más grandes para asustar a nuestros oponentes.
Experimentar este estado de alerta cuando en realidad no hay un peligro inminente puede ser uno de los motivos por los que amamos las historias de terror, aunque no es el único.
La mecánica del miedo
Para Clausen, lo que las historias de terror hacen es estimular nuestro sistema de miedos ancestral, que nos protegía de predadores y nos hizo sobrevivir como especie. «Los monstruos más horrorosos reflejan amenazas ancestrales», afirma. Y tiene sentido, si pensamos en Alien, el Demagorgon o el monstruo del lago Ness. Son claramente predadores.
Los zombis, tal vez los monstruos más mainstream del momento, son tan eficaces porque apuntan a dos de nuestros miedos evolutivos: el miedo a los predadores y el miedo al contagio, que nos protege de la propagación de enfermedades.
Pero ¿por qué estimular un sistema que nos produce miedos tan viscerales? Para Clausen, exponernos a historias de terror nos ayuda a calibrar ese mecanismo, del mismo modo que un mecánico lo hace con un auto. Las películas e historias de terror nos ayudarían a entrenar ese sistema de miedos para que esté ajustado si en algún momento lo necesitamos.
Además, es una forma de aprender a lidiar con experiencias negativas, como el miedo, la ansiedad y el nerviosismo, en un entorno seguro, lo que podría prepararnos para otras situaciones desafiantes en nuestra vida.