"En este momento histórico en que nos encontramos, nuestras libertades individuales y la propia democracia a la que estamos acostumbrados corren peligro. Recuerde que las elecciones tienen consecuencias directas e indirectas sobre nuestras vidas".
"Uno aplaude la solidaridad con los refugiados ucranianos ante la barbarie de Rusia. Pero al mismo tiempo, uno quisiera que esa misma solidaridad se mostrara hacia refugiados de otras naciones".
"Siempre que se aproxima una elección me pregunto si por fin ambos partidos, pero sobre todo el Partido Demócrata, se darán cuenta de que tienen que afinar su mensaje electoral partiendo de la premisa de que el voto latino no es uniforme y que, por ende, aplicar un mensaje uniforme hacia esa comunidad les ayudará con algunos, pero alejará a otros".
"La lógica es simple y complicada a la vez. Si se suprime el voto de millones de personas que quieren reformas en diversos asuntos, incluyendo inmigración, es menos probable que los políticos que resulten electos impulsen los temas de interés para estas comunidades. ¿Qué puede esperarse cuando el próximo presidente se oponga a esa reforma?".
"Tras el triunfo de Biden en noviembre de 2020 muchos pensaron que finalmente reinarían la razón y el sentido común. Pero Biden no solo se ha topado con el muro de oposición republicana a su agenda, sino a las propias divisiones internas entre los demócratas que, al final de cuentas, son los que han impedido logros legislativos a todos los niveles, desde programas sociales, hasta infraestructura, protección del derecho al voto e inmigración".
"En 2013 el Senado demócrata aprobó un plan de reforma migratoria amplia que la Cámara Baja de mayoría republicana nunca llevó al pleno. Pero recuerdo que para el Día de Acción de Gracias de ese año di gracias en una columna de opinión porque había una esperanza de reforma, aunque al final no se concretó. Ahora veo paralelos porque una de las cámaras aprobó una medida, pero su futuro en la otra cámara, en este caso en el Senado, es incierto".
"Y ni siquiera estoy convencida de que lo hagan por miedo a Trump. Más bien es que son iguales que él porque, si les pareciera que lo que hace Trump está mal, ya lo habrían denunciado".
"Hay personas que llevan aguardando décadas para regularizarse y han pasado casi 35 años desde la amnistía de 1986. La legalización supone mayores beneficios económicos para el país. Y políticamente, los demócratas llevan décadas prometiendo una reforma que nunca llega".
"Trump, sus lugartenientes, como el nefasto Stephen Miller, y sus secuaces republicanos en el Congreso deben estar celebrando la permanencia de sus políticas migratorias de odio. Y a eso hay que sumar los recientes acontecimientos en otros temas".
"Quienes dieron a los demócratas el privilegio de recuperar la Casa Blanca y de controlar el Congreso -los votantes- están hartos de excusas y retrasos y esperan que finalmente se hagan realidad las promesas que llevan años formulando. Las próximas semanas y meses determinarán si hay progreso o si volvemos al mismo cansado libreto electoral de que
casi se pudo, pero se logrará
si vuelves a elegirme".
"Está por verse si los demócratas actúan finalmente como la mayoría que son en el Congreso y pasan de los bonitos discursos en favor de los dreamers a acciones concretas que permitan su legalización".
"El aniversario de DACA y sus historias de éxito debe ser recordatorio de que regularizar indocumentados es buena política pública; que debe hacerse de manera legislativa y permanente; y que debe ir más allá de los dreamers, beneficiando a los millones que llevan décadas aguardando por una resolución".
"La pregunta es: ¿cuántas bofetadas deben recibir los demócratas de parte de los republicanos para acabar de entender que no están lidiando con un grupo de políticos interesados en el bienestar de sus representados o del país? No tienen propuestas ni quieren cooperar".
"Los demócratas deben preocuparse más por hacer realidad sus promesas de campaña a todos los sectores que los catapultaron al triunfo en las ramas Ejecutiva y Legislativa, en vez de seguir tratando de ganarse el favor de quienes solamente buscan destronarlos".
"En estas próximas semanas comenzará a irse definiendo cuál será la suerte del amplio plan migratorio de Joe Biden, que busca legalizar a los 11 millones de indocumentados, y el destino de las otras medidas de menor alcance que legalizan, por ejemplo, a los Dreamers y a los trabajadores agrícolas".
"Con demócratas o republicanos en el poder seguirán llegando migrantes todo el tiempo, porque las condiciones en sus países solo empeoran para quienes huyen del hambre, del desempleo, de la violencia de narcos y pandilleros; o para los padres que quieren impedir que sus hijas sean violadas o secuestradas, o que sus hijos sean reclutados por pandillas y cárteles".
"Pero cuando menos no hemos visto, como ocurrió con Trump, que se estén enjaulando niños y familias o que vilmente se estén separando bebés y niños de sus padres. O que sobre la marcha se implementen políticas crueles, como la de enviar a solicitantes con legítimos reclamos de asilo a esperar su turno en México".
"En este nuevo esfuerzo en la presidencia de Joe Biden resurgen los mismos y cansados viejos argumentos, particularmente de la oposición republicana, sobre “amnistías” y premios a la “ilegalidad”. Es decir, las mismas excusas convertidas en “estrategias” que no tienen otro fin que el rechazo al “otro”, a su exclusión sobre todo racial".
"Biden espera firmar una serie de órdenes ejecutivas para revertir algunas de las políticas más nefastas de Trump. Y también está proponiendo un ambicioso plan de reforma migratoria, que, entre otras cosas, provee una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados que tomaría ocho años, agiliza la ciudadanía para los Dreamers y reforma las leyes de asilo".
"Así, durante el debate sobre el jucio político a Trump en la Cámara Baja por incitar una insurrección, fue detestable ver a sus habilitadores republicanos haciendo llamados a la “unidad” y la “reconciliación”, cuando durante cinco años fomentaron división, mentiras, teorías conspiratorias, ataques personales y política de cloaca, en aras de defender a un “líder” que les favoreció políticamente, aunque tuvieran que empeñarle, como lo hicieron, el alma al diablo".