A mí particularmente esta receta me gusta muchísimo. Se trata de un postre sumamente suave, gracias a su ingrediente principal: la ricota; que también le da una fascinante textura granulada. Dulce, pero no empalagante. Sutil, diría yo. La medida justa para concluir una buena comida, y el acompañamiento ideal para una buena taza de te (o café, eso lo dejo a su elección).