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Enfermedades de la Piel

Culebrilla: mitos y verdades sobre la enfermedad que se activa con el estrés

Publicado 5 Dic 2018 – 01:42 PM EST | Actualizado 5 Dic 2018 – 01:42 PM EST
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El estrés es un problema de salud típico de nuestra época llena de preocupaciones, responsabilidades, en la que no queda ni un resquicio de tiempo para relajarse, respirar y continuar. Las complicaciones del estrés pueden variar en un rango amplio de problemas y enfermedades, como aumento de peso, diabetes, ansiedad, depresión, deterioro de la memoria, entre muchas otras. Una de las más importantes es el debilitamiento del sistema inmune.

¿Qué es la culebrilla o herpes zóster? Mitos y verdades sobre esta enfermedad

La culebrilla o herpes zóster, de acuerdo a la Mayo Clinic, es una infección viral que causa una erupción en la piel. El virus que causa este tipo de herpes es el mismo que el de la varicela, el llamado virus de la varicela-zóster, que se aloja en tu organismo una vez que te curas de la varicela. Uno de los mitos más extendidos es que el zóster no es contagioso. Y es cierto que para las personas que ya han tenido varicela no es contagioso, dado que ya tienen el virus en su sistema y su cuerpo tiene la suficiente inmunidad para defenderse. Pero una persona que no haya tenido varicela todavía y reciba el virus a través de un contagio por zóster comenzará a presentar síntomas de varicela, dado que sería su primer encuentro con el virus.

Si bien la culebrilla y la varicela están transmitidas por el mismo virus, no se trata de la misma enfermedad. Los síntomas del zóster afectan solo a una pequeña porción del cuerpo, a diferencia de la varicela. Para la mayoría de las personas, el principal síntoma del herpes zóster es un dolor, que, para algunas, puede ser muy intenso.

Algunas personas pueden presentar los síntomas del zóster sin la erupción cutánea, pero en la mayor parte de los casos la piel de la zona afectada se presenta como una franja de ampollas, frecuentemente en el torso, aunque también puede aparecer en otros lugares. Incluso puede aparecer en el rostro, derivando en complicaciones más profundas si alcanza un oído o un ojo. En el ojo, puede provocar una infección dolorosa si no se trata con urgencia, lo que podría desembocar en una pérdida de la visión en ese ojo, o de parte de ella.

La erupción cutánea no es lo peor de esta enfermedad: la culebrilla puede tener otras complicaciones. Antes de recuperarte, puedes tener fiebre, debilidad en los músculos y dolor de cabeza o de estómago. Después de la recuperación, puede causar una neuralgia, un daño a los nervios, que provoca dolor incluso aunque el virus haya retrocedido, dado que las fibras nerviosas que están dañadas envían mensajes de dolor al cerebro, aunque no lo haya. De acuerdo a WebMD, el 40 % de las personas que tuvieron culebrilla sienten este dolor por meses o años; para estos casos, el médico receta fármacos y otros tratamientos contra el dolor.

De acuerdo a la respetada clínica, la culebrilla también puede causar problemas neurológicos, como encefalitis (inflamación del cerebro), parálisis facial o problemas auditivos o del equilibrio, dependiendo de dónde se aloje el virus. Un tratamiento inadecuado de las ampollas puede desembocar en una infección cutánea.

Tu inmunidad contra las infecciones disminuye naturalmente con la edad, por eso es mucho más frecuente que el herpes zóster aparezca después de los 50. Pero esto no quiere decir que personas de otras edades, incluso niños, no puedan tener esta enfermedad. Si tu inmunidad se ha visto atacada por el VIH, el cáncer u otras enfermedades, o algunos medicamentos o tratamientos contra estas, como la quimioterapia, es probable que el virus vuelva a salir y se convierta en zóster. Si eres joven y tienes culebrilla, podrías estar sufriendo una disminución importante en la respuesta del sistema inmune. Y, si estos otros factores no se aplican, eso podría tener que ver con el estrés.

Culebrilla y estrés: ¿cuál es su relación?

El estrés no causa directamente culebrilla, pero es uno de los factores que está involucrado con el debilitamiento del sistema inmune. Otros pueden ser la falta de sueño y una mala alimentación.

No hay una cura para la culebrilla, pero se pueden disminuir sus síntomas más rápido y evitar complicaciones a través de la medicación recetada por el médico y algunos cambios en el estilo de vida. El sitio WebMD advierte que si tomas un antiviral en los primeros tres días después de que aparezca el sarpullido, el dolor cesará antes y tendrás mucho menor riesgo de complicaciones.

Para soportar el dolor o el ardor de la erupción, puedes usar paños fríos. En añadidura, mejorar la alimentación y dormir más por unos días, además de mantener el estrés al mínimo y descansar, es recomendado para una recuperación más rápida y efectiva, según Healthline. El estrés puede empeorar el dolor además de retrasar la recuperación. A diferencia de la varicela, puedes tener culebrilla más de una vez; aunque no es lo más común, conviene controlar los niveles de estrés en la vida diaria, para prevenir este y otros problemas de salud.

Si sospechas que tienes culebrilla, es recomendable que visites al médico cuanto antes para comenzar con el tratamiento.

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