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Asia

EEUU refuerza su presencia militar en Filipinas en medio de tensiones con China

El acuerdo entre Estados Unidos y Filipinas fue hecho público durante la visita del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, quien ha liderado los esfuerzos para fortalecer las alianzas de seguridad de su país en Asia frente a la creciente agresividad de China hacia Taiwán y las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.
Publicado 2 Feb 2023 – 10:51 AM EST | Actualizado 2 Feb 2023 – 10:51 AM EST
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Estados Unidos y Filipinas anunciaron el jueves una expansión de la presencia militar estadounidense en el país del sudeste asiático. A través del acuerdo, fuerzas estadounidenses ganaron acceso a cuatro campamentos militares adicionales, lo que efectivamente le da a Washington un nuevo terreno para aumentar su poder de disuasión contra China.

El acuerdo entre las dos naciones, aliadas por largo tiempo, fue hecho público durante la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, quien ha liderado los esfuerzos para fortalecer las alianzas de seguridad de su país en Asia frente a la creciente agresividad de China hacia Taiwán y las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.

Posible conflicto con China

El anunció ocurre después de la filtración de un memorando del general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Mike Minihan, en el que instruye a oficiales bajo su comando a estar preparados para un conflicto con China por Taiwán en 2025.

Como jefe del Comando de Movilidad Aérea, Minihan tiene un profundo conocimiento del ejército chino, sin embargo su memorando está basado en su “instinto”. “Espero estar equivocado. Mi instinto me dice que pelearemos en 2025”, escribió Minihan. “El equipo, la razón y la oportunidad de Xi están todos alineados para 2025”.

El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que 20 aviones chinos cruzaron el martes la línea central en el Estrecho de Taiwán, que durante mucho tiempo ha sido una zona de amortiguamiento no oficial entre ambas partes, que se separaron durante una guerra civil en 1949.

Progreso sustancial

Estados Unidos y Filipinas también anunciaron un progreso sustancial en proyectos en cinco bases militares filipinas, donde Filipinas había permitido el acceso del personal militar estadounidense anteriormente. La construcción de instalaciones estadounidenses en esos lugares ha estado en marcha durante años, pero se ha visto obstaculizada por problemas locales no especificados.

Austin agradeció al presidente Ferdinand Marcos Jr., con quien se reunió brevemente en Manila, por permitir que el ejército estadounidense amplíe su presencia en Filipinas, el aliado más antiguo de Washington en Asia.

“Siempre he dicho que me parece que el futuro de Filipinas y, en realidad, Asia-Pacífico siempre tendrá que involucrar a Estados Unidos simplemente porque esas asociaciones son muy sólidas”, dijo Marcos a Austin.

Los líderes estadounidenses han buscado durante mucho tiempo reorientar su política exterior para reflejar mejor el ascenso de China como un importante competidor militar y económico.

Tensiones entre China y Taiwan

El anuncio del jueves se produce cuando aumentan las tensiones entre China y Taiwán.

China reclama la isla autónoma como su propio territorio, que podría ser tomado por la fuerza si es necesario. Beijing ha enviado buques de guerra, bombarderos, aviones de combate y aviones de apoyo al espacio aéreo cerca de Taiwán casi a diario, lo que genera preocupaciones sobre un posible bloqueo u otro tipo de acción militar.

China y Filipinas, junto con Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán, también se han visto envueltos en disputas territoriales cada vez más tensas sobre el mar de China Meridional, rico en recursos y actividad comercial. Washington no tiene reclamos territoriales en estas aguas estratégicas, pero ha desplegado sus buques de guerra y aviones de combate y vigilancia para patrullar, algo que Estados Unidos dice que promueve la libertad de navegación y el estado de derecho, pero que ha enfurecido a Beijing.

En una conferencia de prensa televisada con su homólogo filipino, Carlito Galvez Jr., Austin aseguró el apoyo militar de Estados Unidos y dijo que el Tratado de Defensa Mutua de 1951, que obliga a Estados Unidos y Filipinas a ayudarse en su defensa mutua en conflictos importantes, “se aplica a las ataques contra cualquiera de nuestras fuerzas armadas, embarcaciones públicas o aeronaves en cualquier parte del Mar de China Meridional”.

“Discutimos acciones concretas para enfrentar actividades desestabilizadoras en las aguas”, dijo Austin sin dar más detalles. “Esto es parte de nuestro esfuerzo por modernizar nuestra alianza y estos esfuerzos son especialmente importantes a medida que la República Popular China continúa avanzando en sus reclamos ilegítimos en el Mar de Filipinas Occidental”.

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, acusó a Estados Unidos el jueves de seguir “su agenda egoísta” con el nuevo acuerdo. Beijing ha criticado por mucho tiempo la cooperación militar entre Estados Unidos y Filipinas como un esfuerzo por contener su creciente influencia en la región.

“Estados Unidos ha adoptado una mentalidad de suma cero de guerra fría y ha fortalecido el despliegue militar en la región”, dijo Mao a los periodistas en una sesión informativa diaria. “Este es un acto que aumenta las tensiones en la región y pone en peligro la paz y la estabilidad del área”.

Acercamiento entre Estados Unidos y Filipinas

En su conferencia de prensa, Austin y Gálvez se negaron a brindar más detalles sobre el acuerdo. El jefe de defensa estadounidense dijo que no significaba el restablecimiento de bases estadounidenses permanentes, pero señaló que “es muy importante”.

Gálvez dijo que era necesario realizar más consultas, incluso con funcionarios locales en las provincias donde las fuerzas estadounidenses visitantes establecerán una presencia en los campamentos militares de Filipinas.

Unas pocas docenas de activistas de izquierda realizaron una ruidosa protesta el jueves y prendieron fuego a una bandera estadounidense simulada frente al campamento militar principal donde Austin sostuvo conversaciones con su homólogo filipino.

Si bien los dos países son antiguos aliados, los grupos de izquierda y los nacionalistas se han resentido y, a menudo, protestan ruidosamente contra la presencia militar de Estados Unidos en la antigua colonia estadounidense.

Filipinas solía albergar dos de las bases más grandes de la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos fuera del continente americano. Las bases fueron cerradas a principios de la década de 1990 después de que el Senado filipino rechazó una extensión del acuerdo, pero las fuerzas estadounidenses regresaron más tarde para hacer ejercicios de combate a gran escala con tropas filipinas.

La Constitución de Filipinas prohíbe el establecimiento permanente de tropas extranjeras y su participación en el combate local. Sin embargo, el Acuerdo de Cooperación de Defensa Mejorada entre ambos países permite que las fuerzas estadounidenses permanezcan indefinidamente en lotes rotativos en cuarteles y otros edificios que construyan dentro de campamentos filipinos con sus propios equipos de defensa, con excepción de armas nucleares.

Funcionarios militares y de defensa de Filipinas dijeron en noviembre que Estados Unidos había buscado acceso a cinco campamentos militares locales más, principalmente en la región norteña de Luzón, en Filipinas. Dos de los campamentos adicionales a los que Estados Unidos quería acceder se encuentran en la provincia de Cagayán, cerca del extremo norte de la isla de Luzón, al otro lado de la frontera marítima con Taiwán, el Estrecho de Taiwán y el sur de China.

Otros campamentos que albergarían fuerzas estadounidenses se encuentran a lo largo de la costa occidental del país, incluyendo las provincias de Palawan y Zambales, que se encuentran frente al disputado Mar de China Meridional.

“La alianza filipino-estadounidense ha resistido la prueba del tiempo y sigue siendo férrea”, dijeron los aliados en su declaración. “Esperamos con ansias las oportunidades que estos nuevos sitios crearán para expandir nuestra cooperación”.

Austin es el último funcionario estadounidense de alto rango en viajar a Filipinas después de que la vicepresidenta Kamala Harris visitara el país en noviembre en una señal de estrechamiento de lazos después de un período tenso bajo el predecesor de Marcos, Rodrigo Duterte.

Duterte había fomentado lazos con China y Rusia y en un momento amenazó con romper las relaciones con Washington, expulsar a las fuerzas estadounidenses y derogar el Acuerdo de Fuerzas Visitantes que permite que miles de fuerzas estadounidenses vengan cada año para realizar ejercicios de combate a gran escala.

“Confío en que continuaremos trabajando juntos para defender nuestros valores compartidos de libertad, democracia y dignidad humana”, dijo Austin. “Como me escucharon decir antes, Estados Unidos y Filipinas son más que simples aliados. Somos familia."

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