Paneles podrán generar energía eléctrica de la oscuridad
La energía solar es, hoy, una de las fuentes de energía renovable más usadas en el mundo.
Uno de los inconvenientes, además del precio de las celdas solares, es que la energía solar no puede generar electricidad durante la noche.
De acuerdo con una nueva investigación, es posible diseñar paneles que funcionen las 24 horas, gracias a células fotovoltaicas especialmente diseñadas que, en condiciones óptimas, podrían generar en la noche una cuarta parte de la energía que producen durante el día.
Para hacer eso posible, el estudio contempla incorporar células termoradiativas, es decir, que convierta la energía calórica (o infrarroja) en electricidad.
Las células termoradiativas ya se están probando en campos como la industria,en donde se utilizan para convertir el calor residual en electricidad.
Para conseguir el efecto deseado con la luz infrarroja, se necesitan diferentes tipos de materiales para modificar a los paneles solares regulares, que tienden a enfocarse en la luz visible.
Las células solares normales producen energía al absorber la luz del sol, lo que hace que aparezca un voltaje a través del dispositivo y que la corriente fluya.
En los nuevos dispositivos, se emite luz y la corriente y el voltaje van en la dirección opuesta, pero aún así se genera energía.
De acuerdo con los cálculos de los investigadores, estas nuevas celdas podrían producir hasta 50 vatios de energía por metro cuadrado, lo que amentaría la producción de energía en aproximadamente un 12% en entornos abiertos y áridos.
En el 2019, la Universidad de Stanford utilizó el desequilibrio de calor entre el cielo nocturno y la Tierra para generar electricidad a partir de la radiación infrarroja.
Por el momento solo se tienen prototipos en desarrollo, pero podría ser la forma más barata de mantener las células solares en funcionamiento las 24 horas del día.
La gran ventaja es que si bien los precios continúan elevados en comparación de otras tecnologías energéticas, el precio de las celdas solares tienen desde hace tiempo una tendencia a la baja, en respuesta a la creciente demanda y nuevos métodos de fabricación que abaratan los costos.
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