3 creencias sobre los zoológicos que no son ciertas
¿Quién no ha visitado un zoológico alguna vez? Los zoológicos han sido populares durante mucho tiempo en todo el mundo, pero a medida que las sociedades evolucionan estos centros de animales en cautiverio comienzan a ser cuestionados.
Las personas que se posicionan a favor de estos centros muchas veces dan como defensa algunas afirmaciones que no son verdaderas o que son parcialmente falsas. Más allá de que una persona pueda estar a favor o en contra de los zoológicos, siempre es importante conocer la verdad de lo que sucede en ellos.
1. La intención es cuidar a las especies en peligro de extinción
Prácticamente la gran mayoría de los zoológicos están pensados para funcionar como un negocio, en donde la salud o felicidad de los animales queda relegada al segundo plano. Muchos zoológicos incluso hacen a las especies reproducirse para que tengan bebés, que al público le parecen más adorables. ¿Puedes adivinar el destino de los animales adultos o ancianos? Los venden en el mercado negro a personas irresponsables, o simplemente «se deshacen» de ellos de otra forma.
Muchas personas dirán que los zoológicos están hechos para cuidar animales en peligro de extinción, algo que tampoco es completamente cierto. Muchos de los animales que viven en el zoológico no están en peligro de extinción pero aún siguen encerrados, nadie los ha liberado.
Por otra parte, no existe mejor manera de cuidar a una especie de extinción que haciéndola vivir en espacios amplios, similares a su hábitat natural, o directamente permitir que vivan libremente en el mundo, que es a donde pertenecen, mientras los especialistas se encargan de cuidarlos o el gobierno toma medidas más drásticas frente a los cazadores ilegales, que en muchos casos son el peligro más grande.
2. Los zoológicos no son peligrosos para los animales
Muchos animales terminan enfermos a causa del cautiverio. Los leones necesitan correr, saltar y cazar. Los animales en los zoológicos rara vez pueden entrenarse, divertirse o distenderse, lo que los hace sufrir severos cuadros de estrés, que pueden terminar en la muerte o en autolesiones. Incluso, en Estados Unidos, los elefantes comenzaron a desarrollar sobrepeso.
Lo mismo sucede con aquellos pájaros a los que les recortan las alas, los animales que deben vivir en manada pero están solos, o los animales acuáticos que viven en aguas de temperatura inadecuada, que desarrollan estrés o ansiedad. Los animales, además, necesitan tener privacidad. La mirada o la presencia constante del ser humano puede enfermar a muchos animales que no están habituados al contacto.
Ni que hablar de la cantidad de animales que mueren en los zoológicos por impericias de los especialistas, catástrofes como incendios o inundaciones, o a causa de que los visitantes los alimentan con comida peligrosa. Muchos humanos han llegado a soltar envoltorios de comida frente a los animales, que mueren intoxicados a causa de ello.
3. Los zoológicos son buenos para la educación de los niños
Para muchas personas, visitar un zoológico puede darle a los niños una idea de cómo son los animales, pero cuando un niño visita un zoológico puede llegar a aprender que es correcto mantener a los animales encerrados, en espacios estrechos y en condiciones insalubres.
Tampoco los niños podrán aprender mucho acerca de la forma en la que viven los animales si en lugar de verlos en su hábitat natural los ven encerrados en jaulas que los limitan. Probablemente visitar santuarios de animales sea una mejor opción para los niños, e incluso la realidad virtual puede ser una buena alternativa.
Las placas informativas prácticamente no son leídas por los niños, pues no les interesa demasiado la información técnica de los animales. Por otra parte, las visitas guiadas pueden llegar a ser realmente aburridas para ellos. Basta con recordar cómo éramos cuando éramos niños para confirmarlo.
Muchas personas señalan incluso que los zoológicos son capaces de hacer grandes aportes a la ciencia, pero, ¿qué tan certeros o rigurosos pueden ser los resultados obtenidos de animales en cautiverio, que han cambiado desde su dieta hasta su comportamiento, fruto del estrés del encierro?
También nos podemos cuestionar sobre la enseñanza que se le da a los niños acerca de cómo comportarse, en zoológicos en donde las personas constantemente rompen las reglas, tratando de llamar la atención de animales, tanto con comida como con golpes en las jaulas, barreras o vidrios que los separan de los humanos.
La realidad es que los zoológicos podrían ser buenos si los animales pudieran vivir en ellos de la misma forma que viven en sus hábitats naturales pero siendo protegidos, pero esto no es lo que sucede actualmente ni está al alcance de la gran mayoría de los zoológicos.
Los seres humanos, además, hemos adoptado un rol de protección de la naturaleza que quizás no nos corresponda. Los animales han vivido millones de años sin nuestra intervención, nada nos hace pensar que ahora nos necesitas. Si no fuera por nuestra destrucción del medio ambiente, por nuestras construcciones de ciudades invasivas o por aquellos cazadores de animales en peligro de extinción, que no respetan las normas, las cosas serían diferentes.
¿Qué opinas tú acerca de la existencia de los zoológicos? ¿Crees que deberían seguir existiendo o directamente los gobiernos deberían tomar medidas, teniendo en cuenta lo que sucede en ellos?
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