La madre que donó más de 2,000 onzas de leche a otros bebés tras perder a su hijo

El 4 de julio pasado, tras sufrir una infección en el útero, Wendy Cruz-Chan dio a luz a un niño que nació sin vida: "Cuando los médicos me dijeron que mi bebé no viviría, lloré muchísimo", recuerda esta neoyorquina hija de padres nicaragüenses en una charla con Papás y Mamás. "Mi familia y yo nos estábamos preparándonos para el nacimiento y de un minuto al otro nos preparamos para su muerte. Fue el peor momento de nuestras vidas".
"Sentí mucha culpa en ese momento, sentí que no pude protegerlo", dijo Wendy desde Brooklyn, donde ahora vive con su esposo y su hija de 5 años. Tras recibir a su bebé, pasó dos horas con él cantándole y hablándole. La familia decidió también bautizarlo y nombrarlo Killian. Wendy regresó a su casa devastada. "Di a luz, pero no tengo bebé", añade.
En ese momento comenzó su duelo y un viaje emocional que la llevó a dar su leche materna a niños que la necesitaban: en tres meses donó 2,038 onzas (60 litros) a seis diferentes bebés.
"Como soy doula (alguien entrenado para asistir a mujeres durante el parto), a través de grupos de Facebook me contacté con madres que buscaban donaciones de leche" . Así, empezó a sacarse leche noche y día.
"A veces me sentía muy cansada de sacarme la leche por horas, pero pensaba en mi bebé y en que lo estaba haciendo por él para que la gente lo recuerde", continúa contando Wendy, cuya historia llegó a decenas de medios, incluso en China.
"Es un mensaje para aquellas mamás que no saben que pueden producir leche, aún después de una pérdida", dice Wendy, que quiere que otras madres se unan a las donaciones de leche materna para ayudar a las familias que lo necesitan.
Una nueva etapa
Después de tres meses, Wendy dejó de sacarse leche, ya que quiere quedar embarazada de nuevo. Ahora su nueva meta es recaudar fondos para conseguir un aparato llamado ‘Cuddle cot’, un dispositivo que enfría el cuerpo del bebé que nació sin vida. Se trata de una especie de cuna que permite a los padres pasar más tiempo con él y que se ha empleado en algunos hospitales para ayudar a las familias despedirse de sus pequeños.
Wendy cuenta que, en su caso, ella sólo tuvo dos horas con su pequeño porque el "cuerpo del bebé ya empezaba a cambiar y las enfermeras tuvieron que llevárselo".
El dispositivo 'Cuddle cot' cuesta unos $3,700 dólares y Wendy quiere que esté presente en la mayor cantidad de hospitales posibles. Para ello ha creado una página donde se pueden hacer donaciones. "No podemos prevenir los casos de bebés que nacen muertos, pero sí podemos darles a los padres más tiempo con sus pequeños".
Una lección de amor y fortaleza
La pérdida de su bebé fue para Wendy uno de los momentos más oscuros de su vida. "Me sentía muy débil" cuenta a Papás y Mamás. Sin embargo, también reconoce que esa experiencia le enseñó a ser fuerte, a mirar hacia adelante y a buscar una manera de ayudar a cambiar la vida de los demás: "Quería hacer algo nuevo, hacer de este mundo un lugar mejor para todos y demostrar que hay ‘humanidad’ en este mundo", dice.
Mensaje para las mamás latinas
Wendy sabe lo duro y doloroso que es pasar por la experiencia de perder un embarazo, pero también que es muy importante buscar ayuda: "La mejor medicina es hablar de lo que pasó, es no sentirse avergonzada de pedir ayuda para hablar sobre el tema. No es bueno callarse y aguantar en soledad".
Por eso, Wendy tiene un mensaje especial para las mamás latinas que hayan pasado por la misma experiencia. "Sé que muchas mujeres hispanas tienden a quedarse calladas, a no compartir su dolor, a no buscar ayuda", dice. "Hay como un sentido de vergüenza y no se sienten cómodas para hablar, pero no tiene que ser así, no tienen que sentirse avergonzadas: lo que les ha pasado es real, el dolor es real, hay que hablar de eso, romper con el tabú, romper con ese círculo de silencio".