Algunos trucos de supervivencia que salvaron muchas vidas durante el holocausto
Se estima que 6 millones de israelíes murieron en el Holocausto por parte de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y quienes sobrevivieron lo hicieron a punta de valor, ingenio y mucha suerte.
Hoy les contamos cinco historias de supervivencia durante el Holocausto, cada una marcada por las capacidades y fuerza interior de sus protagonistas.
Plan de escape perfecto
Escapar de un campo de concentración era casi imposible y en la mayoría de los casos una misión suicida, pero eso no detuvo a Kazimierz Piechowski quien protagonizó una huida al estilo película de acción.
Al averiguar que iba a ser ejecutado en el campo de concentración de Auschwitz, armó un plan con otros prisioneros. Robaron uniformes, municiones y hasta la llave de un automóvil desde la bodega de los oficiales nazis y durante en el fin de semana llevaron a cabo su plan.
Vestidos como oficiales Nazis y a bordo de uno de sus vehículos, ordenaron que se les abrieran las puertas y su actuación fue convincente ya que lograron salir. Dos horas después abandonaron el coche y siguieron su camino a pie escondiéndose de peligros.
Tanto Kazimierz Piechowski como sus compañeros se unieron al ejército de liberación de Polonia, su espectacular escape quedó en los libros de historia como símbolo de la fortaleza e ingenio humano.
Saltar de un tren en movimiento
Leo Bretholz tenía 17 años cuando 1938 debió huir de su Austria natal para evitar ser apresado por los nazis, pero al poco tiempo fue capturado logrando huir un total de 6 veces aunque la última fue también la más espectacular.
En 1942, Leo Bretholz fue apresado y enviado en un tren a un campo de concentración, pero este joven trabajó limando los barrotes del carro en el que iba y cuando se hizo de noche saltó del tren en movimiento.
Tras este espectacular escape Leo Bretholz se unió a grupos de resistencia contra los nazis y después de la guerra emigró a Estados Unidos. Su testimonio fue clave en varios juicios contra colaboradores del Tercer Reich, además de publicar un libro con sus experiencias.
Identidades falsas
Las hermanas Arshanskaya tenían 12 y 14 años cuando los nazis invadieron su pueblo en Ucrania y su destino era ser ejecutadas en un campo de exterminio, pero gracias a su padre quien sobornó a un oficial consiguieron huir.
Si bien las chicas se separaron lograron encontrarse un par de días después siendo acogidas en un orfanato adoptado identidades falsas para su protección. Gracias a que las niñas sabían tocar piano se unieron a una orquesta del lugar que entretenía a oficiales nazis.
Las hermanas Arshanskaya pasaron el resto de la guerra tocando piano para sus enemigos pero a salvo de la terrible suerte que vivió el resto de su familia. Talento musical e identidades falsas les salvaron la vida.
Mentir sobre la edad
Al llegar a los campos de concentración, los prisioneros eran separados en dos grupos: Quienes podían trabajar y aquellos que serían ejecutados de inmediato en la cámara de gas y los niños correspondían a ese segundo conjunto.
Helga Weiss tenía 15 años cuando arribó junto a su madre a Auschwitz y ambas lograron mentir y convencer a los oficiales nazis de que Helga era en realidad una joven de 18 años y por ende estaba capacitada para trabajar.
Esta adolescente convertida en adulta para salvar su vida, logró resistir hasta la l iberación del campo de concentración, incluyendo la larga y mortal para muchos marcha de la muerte. Ya libre se convirtió en una artista además de dar a conocer su experiencia.
Fingir enfermedad contagiosa
Instinto de supervivencia y mucho ingenio fue lo que salvó a Rolf Joseph quien era un adolescente alemán cuando Hitler tomó el poder. Él y su hermano debieron huir cuando apresaron a sus padres.
Detenido y torturado varias veces por los oficiales nazis, Rolf consiguió escapar una y otra vez pese a quedar bastante mal herido, su mejor y último escape fue el más ingenioso, ya que tras rascarse la piel para generar heridas convenció a su captor de que sufría de fiebre escarlata.
Con el miedo de contagiarse el guardia dejó solo a Rolf Joseph y este saltó por la ventana del tercer piso logrando escapar aunque con serias heridas. Tras un tiempo en fuga logró llegar a la primera ciudad donde se escondió y reencontrarse con su hermano quien estaba siendo cobijado por una heroica anciana.
Ambos hermanos se quedaron escondidos hasta la caída de los nazis y Rolf Joseph luego se convertiría en un gran ingeniero.
Cinco historias de personas que lograron sobrevivir al holocausto y que se convirtieron en un ícono de resistencia, fuerza y valor tras uno de los genocidio más grandes y terribles de la historia.
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