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Comida Mexicana

De un TikTok a horas de filas: el pan dulce mexicano y la joven que conquistaron Texas

Un video en TikTok cambió la vida de Laura Molinar, de 21 años. Su pan dulce mexicano atrajo filas de horas en el norte de Texas y convirtió a su panadería en un fenómeno cultural que une orgullo hispano, sabor y comunidad.
Publicado 17 Ago 2025 – 04:25 PM EDT | Actualizado 17 Ago 2025 – 08:15 PM EDT
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ARLINGTON, Texas. Un disfraz de pan dulce mexicano, un video en TikTok y la chispa inesperada: más de 16 millones de vistas que transformaron una pequeña panadería en Dalworthington Gardens en un fenómeno cultural.

Esta es la historia de Laura Molinar, una joven mexicoestadounidense de 21 años que convirtió un video viral en filas interminables y en un orgullo compartido por toda una comunidad hispana en el norte de Texas.

La fila que no se acaba

“Es la sensación de TikTok”, comenta Ali Alonso, que viajó una hora y media para llegar.

Pasaron cinco horas antes de que pudiera entrar, pero lo dice entre risas: “Vale la pena, porque aquí uno no solo compra pan”.

Sombrillas negras, botellas de agua con hielo y celulares grabando cada momento.

Afuera de Pan Pan Bakery and Café, la escena se repite: familias, estudiantes y curiosos llegan por pan dulce y bebidas.

El detalle es simple y generoso: el agua y las sombrillas las pone la propia Laura para hacer más llevadera la espera.

Adentro, el murmullo huele a mantequilla y a té verde.

El pan se sirve como en México y como en Japón: charola en mano y pinzas para elegir.

En la barra conviven conchas de matcha, de dulce de leche y de Nutella; al lado, sodas japonesas y cafés de especialidad.

De dibujos de infancia a un sueño con horno

Laura recuerda que, de niña, diseñaba en papel sus propios pasteles: colores, betunes y sabores.

Su abuela la orientó con una frase que aún repite: “Tú encuentra tu sabor y ahí vas a encontrar lo que a ti te gusta cocinar”.

Eso la trajo hasta aquí. “ Yo siento como nomás soy una panadera; aquí estoy para servir a toda la gente. Ese es mi propósito en esta vida, servir a la gente, hacerla feliz y ver sus caras cuando prueban mi pan dulce”, dice Laura.

Antes de tener local, vendió en pop-ups durante la prepa.

A los 20 abrió Pan Pan con el apoyo de sus padres, Laura y Raúl.

Hoy coordina a un equipo joven, trabaja codo a codo con su mamá y sigue afinando recetas con paciencia de artesana.

@panpanbakeryandcafe

🇲🇽+🇯🇵= just make sense! When I was opening my bakery and cafe and had to do deep research over both cultures, I realized just how similar we all are but so distinct and unique at the same time. The concept is rooted down even in the smallest of details 🥹✨ • #mexican #japanese #fusion #bakery #cafe #dfw #matcha #coffee #concha #dallas #fortworth #arlington #dalworthingtongardens #tx

♬ Jazz Bossa Nova - TOKYO Lonesome Blue

El video que lo cambió todo

Un día, después de cerrar, Laura se puso el disfraz de concha mexicana y grabó un video con su hermana.

La idea era mostrar cosas que, dice ella, “just make sense” (simplemente tiene sentido) en una panadería mexicano-japonesa.

Lo subió a TikTok pensando que lo verían su mamá y sus amigos.

“Me desperté el siguiente día y mi hermana entró corriendo a mi cuarto, ‘ ¡Laurita, prende tu teléfono! Mira cuánta gente te ha visto por TikTok’. Yo me sorprendí”, recuerda.

“Llegué a la panadería y los efectos de ese video estaban aquí, en persona”.

El video superó las 17 millones de vistas y cambió todo en horas.

“Nunca pensé que un disfraz de concha mexicana me iba a cambiar la vida”, sonríe Laura.

“Al principio pensé, solo lo van a ver mi mamá y mis amigos. Pero ahora me emociona ver a tanta gente que nunca había probado un pan dulce mexicano y que se lleva esa primera experiencia conmigo”.

Su madre lo resume entre orgullo y cansancio: “Antes hacíamos una masa cada dos semanas. Ahora, seis o siete al día . Yo era ama de casa, nunca pensé que iba a ser panadera, pero aquí estamos, desde la mañana, y con gusto”.

“La receta… yo creo que son mis matcha conchas”, bromea Laura, y explica su encanto: “Tienen un sabor no tan dulce. Al principio sabe tantito como a tierrita, como a zacate… pero luego la gente busca más matcha porque es un sabor delicado, bien rico”.

En los estantes también hay artesanías mexicanas: jarros de barro, platos, recuerdos que la gente compra como símbolo de orgullo.

“Yo quiero que la gente se lleve más que pan, que sienta mi amor en cada producto. Todo lo que está en el menú tomó tanto tiempo y cuidado”, asegura.

Mamá Laura, la fuerza que no se ve

Detrás del mostrador se mueve otra Laura: la mamá.

Dejó la casa para meterse al horno y aprender la rutina del amasijo (porción de harina amasada para hacer pan).

“Estamos haciendo conchas desde bien temprano”, dice con orgullo.

Cuando le preguntan cómo vive esta etapa, se le quiebra la voz: “Le hablé llorando, le dije, tienes que venir. Porque si no fuera por la gente, nada de esto sería posible. Es un orgullo verla brillar”.

Una juventud que inspira

Laura habla sin rodeos de los miedos del emprendimiento: “ Lo que me ha dado mucho miedo es que no me siento lista… pero uno no puede no hacer cosas por tener miedo. Tienes que luchar por ti mismo”.

Lo dice con nervios y con alegría, como quien ya eligió su camino.

El éxito en redes sociales puede ser fugaz. Ella lo entiende, pero abraza cada etapa: “Siempre hay cosas por las que te puedes quejar… por eso trato de ser positiva y disfrutar a la gente que viene”.

Su equipo es parte de esa energía. Jóvenes como Joe Hernández, encargado de las bebidas, que combina leche, matcha y frutas para crear colores que recuerdan la bandera mexicana.

“Cuando regresé de vacaciones me llamaron a las 7:30 de la mañana para decirme que había una fila enorme. No lo creía”, cuenta entre risas.

Un puente de dos culturas

Nacida en Odessa, Texas, con raíces en Chihuahua, México, Laura se asume orgullosamente mexicoestadounidense.

Su panadería se volvió un punto de encuentro: llegan clientes que solo hablan inglés y otros que se pasan al español; unos descubren por primera vez una concha, otros prueban el matcha sin miedo.

La mezcla funciona porque es auténtica: no es tendencia, es identidad.

Se siente muy bien ser parte de las dos culturas. A veces la gente llega y dice, ‘nunca he probado una concha en mi vida entera’, y me emociona ser quien los acerque al pan mexicano”, comparte Laura.

“Es un orgullo unir las dos culturas con algo tan simple como un pan dulce”.

Su madre coincide: “Hasta ahora a todos les ha gustado. Nadie se ha quejado de que la concha lleve matcha. Al contrario, les parece un sabor balanceado y distinto”.

En tiempos en los que muchas familias hispanas sienten incertidumbre por las políticas migratorias, la panadería de Laura ofrece algo básico y poderoso: un lugar donde nadie tiene que demostrar nada para pertenecer.

Un vaso de horchata con matcha, una concha compartida y una sonrisa alcanzan para recordar por qué estamos aquí.

Si vas: lo básico

Dirección: 2110 Roosevelt Dr, Suite A, Dalworthington Gardens
Horario (temporal): lunes a sábado, 9 a.m. – 3 p.m.
Cómo se compra el pan: con charola y pinzas, al estilo de panadería tradicional.
Tip: llega temprano, hidrátate y ve con paciencia. El equipo trabaja durante todo el día.

La panadería de Laura: es la prueba de que un video puede cambiarlo todo.

El sueño de una joven, el trabajo de una familia y un abrazo a dos culturas que comparten mesa.

Si te toca fila, piensa que a unos pies, unos metros, hay hornos encendidos para hornear algo que sabe a casa, a futuro y a una chispa de TikTok que se volvió inolvidable.

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