La investigación, que empezó en el Departamento de Seguridad Nacional, era por el robo de tres lanchas avaluadas entre 500,000 dólares y un millón de dólares. Agentes encubiertos de la policía de Miami-Dade hicieron la operación de compra de uno de los botes a los sospechosos, quienes tras la transacción fueron detenidos por otros oficiales, pero intentaron huir y hasta terminaron en un bosque, donde las autoridades los siguieron.