¿Por qué los científicos han dejado de estudiar el cáncer? Ellos mismos te responden
Por años, gran parte de la inversión pública y privada de los países más desarrollados fue destinada al estudio integral del cáncer y su posible cura. No obstante, ya no es tan frecuente que se escuche del arduo trabajo por parte de la comunidad científica en esta vertiente, pero esto tiene una explicación razonable.
En la serie de documentales En Pocas Palabras de Netflix, se dedica un episodio al estudio de la longevidad humana y su relación con los tratamientos anticancerígenos. Los datos son concretos: el hecho de encontrar la cura para el cáncer no representa ninguna esperanza remarcable para la humanidad.
Kristen Fortney —genetista y bioinformática de BIOAGE— explica por qué la mayoría de sus colegas están dejando de realizar investigaciones que desemboquen en una cura para el cáncer:
Fortney explica que los intentos por curar el cáncer son desalentadores porque las células que distinguen a esta enfermedad tienen la capacidad de dividirse más veces que las células de nuestro cuerpo, es por ello que estamos en desventaja desde el principio.
Con la vejez, los telómeros en nuestros cromosomas se acortan y eso provoca que las células dejen de dividirse y mueran; lo que irremediablemente nos hace blanco fácil para el cáncer y otras enfermedades crónicas.
Laura Deming —científica y empresaria— asegura que la cura para el cáncer no debe ser la prioridad para extender nuestra vida, sino que debemos enfocarnos a otra "condición" más común:
Los fármacos de los que habla Deming no son tan utópicos como piensas, algunos ya están demostrando sus facultades. El Metformin, un medicamento usado para tratar la diabetes, ya está mostrando bondades de longevidad a quienes lo consumen. De acuerdo con las cifras mostradas por el documental, aquellos que usan este medicamento tienen hasta 30 % más de probabilidad de salvarse de enfermedades crónicas y cáncer.
Deming sostiene que los factores externos que provocan cáncer están a la orden del día, pero es mucho más probable que el envejecimiento nos haga sujetos a esta enfermedad, por lo que tratar el problema "de raíz" podría hacer la gran diferencia en la próxima década.
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