Supremacistas blancos atacan en ciudades santuario alardeando su simpatía con Trump
LOS ÁNGELES, California.- Los crímenes de odio vinculados con grupos supremacistas blancos, quienes en algunos ataques mencionaron al presidente Trump, aumentaron un 67% en Los Ángeles, California, en 2016.
Los principales objetivos de ataque de esos grupos fueron los gay, negros, judíos y mexicanos, revela un reporte oficial.
Las autoridades citan con preocupación las reuniones públicas en ciudades ‘santuario’ que han sido interrumpidas por las protestas de los grupos antiinmigrantes. En una ocasión, un hombre blanco pasó de los insultos a los hechos, apuntando con una pistola a varios hispanos tras un evento en Cudahy.
Otro simpatizante de Trump que también acude a esas reuniones de gobierno lanzó en un video varias amenazas de muerte y ofensas racistas contra un activista mexicano. "Voy a volarte los sesos", "te dispararé en medio de los ojos" y "voy a tomarme tu sangre", fueron algunas de las advertencias.
Según el reporte anual de la Comisión de Relaciones Humanas del Condado de Los Ángeles, los crímenes de odio cometidos por supremacistas blancos pasaron de 63 en 2015 a 105 el año pasado, un aumento del 67%. En total, se reportaron 482 incidentes de este tipo, un aumento del 24% comparado con 2014. Respecto a 2015, las cifras en general son similares, pero suben para ciertos grupos.
El estudio indica que la comunidad gay registró 118 crímenes de odio; los negros, 112; los judíos 68; los mexicanos, 33; los transgénero, 31; los hispanos, 29; los blancos, 27; y los musulmanes, 15.
“El hecho de que los crímenes de supremacía blanca crecieron un 67% es alarmante, particularmente después de la manifestación de ‘Unite the Right’ en Charlottesville (en la cual falleció una mujer tras ser atropellada)”, dijo Isabelle Gunning, presidenta de la Comisión de Relaciones Humanas de Los Ángeles.
“Parece que los grupos de odio organizados en todas partes se sienten envalentonados y cada vez son más visibles”, agregó la funcionaria.
La mayoría de este tipo de crímenes se reportaron en el Valle de San Fernando, donde a finales de 2016 la Policía descubrió que la pandilla de supremacistas blancos ‘San Fernando Valley Peckerwoods’ se dedicó a vender droga y armas, al robo de identidad e incluso fabricó bombas caseras con propósitos que no están claros.
Durante el arresto de Johnny Reed, uno de los líderes de los Peckerwoods y de la banda carcelaria Hermandad Aria, los policías descubrieron que este portaba un anillo con las letras 'SS' (nombre de la conocida organización paramilitar nazi) y un dije del martillo de Thor, un dios de la mitología nórdica y personaje de cómic, también un símbolo usado por supremacistas.
ProPublica destapó a finales de octubre a la organización llamada Rise Above Movement (RAM), con base en el sur de California, cuyo propósito es atacar físicamente a sus enemigos ideológicos. Sus más de 50 miembros entrenan boxeo y artes marciales para irrumpir en protestas en esta región.
“Estamos extremadamente preocupados porque los crímenes de odio informados permanecieron en un nivel elevado en 2016. Y las principales ciudades de todo el país, incluida Los Ángeles, ya informaron aumentos en los crímenes de odio durante la primera mitad de 2017”, alertó señaló Robin Toma, director ejecutivo de la Comisión de Relaciones Humanas de Los Ángeles.
“Había crímenes particulares en los que nombraron a Trump y a la elección presidencial como una referencia específica durante la comisión del crimen de odio”, agregó Toma.
Alarmados por los violentos enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente Trump en distintas ciudades, los concejales de Los Ángeles promulgaron una ordenanza que prohíbe a los manifestantes portar una serie de objetos peligrosos, como bates, botellas de vidrio, antorchas, ladrillos, gas pimienta, botes de aerosol, martillos, espadas, escudos improvisados y pistolas eléctricas.
Solo ocho manifestaciones ocurridas entre el 20 enero y el 20 de agosto dejaron un saldo de 1 muerto, al menos 62 heridos y 412 arrestos, según un análisis de la Policía de Los Ángeles.
