Escapando de la violencia de su natal Honduras, María Cáceres se unió con su hijo a la caravana de migrantes, al llegar a Tijuana logró pedir asilo, días después fue dejada en libertad, pero con un grillete en uno de sus tobillos. Ahora, los dos inmigrantes se encuentran a la espera de que su proceso sea atendido por un juez.