¡Plantar árboles ya no puede salvarnos! El CO2 en nuestro planeta llegó a niveles excesivos
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases responsables del efecto invernadero y, por lo tanto, un factor directo del cambio climático.
De acuerdo con una investigación de las Naciones Unidas, en el 2019, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero llegaron a un nuevo máximo histórico; a pesar de que se ralentizó la emisión de CO2 a causa de la pandemia de COVID-19.
Este fenómeno podría ocasionar un aumento en las temperaturas de por lo menos 3 grados centígrados. Lo que puede parecer poco, pero en términos ecológicos sería catastrófico.
Hace un tiempo, se creía que cultivar plantas y árboles era una solución para contrarrestar las emisiones de gases provocadas por la quema de combustibles fósiles. Lamentablemente, un nuevo estudio asegura que ya no es tan eficaz.
El problema radica en que las plantaciones tendrían que ser tan grandes que eliminarían la mayoría de los ecosistemas naturales o reducirían la producción de alimentos.
Sin embargo, los autores de la investigación científica aclaran que si el cultivo se realiza en lugares bien seleccionados, con un riesgo más alto y buena fertilización, podría ser un gran soporte para políticas climáticas responsables.
En su conjunto, estas estrategias serían clave para mantener el incremento de las temperaturas por debajo de los 2 grados centígrados.
Boysen y sus colegas investigaron la viabilidad de las plantaciones de biomasa y la eliminación de CO2, utilizando simulaciones por computadora de la vegetación global.
Basándose en los resultados de esa prueba, calcularon que las hipotéticas plantaciones reemplazarían casi en su totalidad a los ecosistemas naturales del planeta.
Incluso si las reducciones de emisiones de todos los países estuvieran acorde a los tratados internacionales, como el Acuerdo de París, las plantaciones aún tendrían que ser enormes.
En ese escenario, los nuevos cultivos reemplazarían más de un tercio de los bosques existentes del planeta y una cuarta parte de la tierra usada en la agricultura se destinaría a producir biomasa.
Únicamente ambiciosas reducciones de emisiones y la implementación de nuevas técnicas de gestión de la tierra en lo que queda del siglo podrían hacer una verdadera diferencia.
Pero, incluso con tal optimismo, se necesitaría una gran cantidad de agua, fertilizantes y maquinaria de almacenamiento de carbono para limitar el calentamiento del planeta a menos de dos grados para el 2100.
Si se quiere optar por esa solución, las tecnologías que minimizan las emisiones de gases de los cultivos, las cosechas y el transporte. Además de almacenamiento de CO2, deben de mejorar significativamente en todo el mundo.
¿Crees que los gobiernos de todo el mundo podrán coordinarse para evitar una catástrofe ecológica? Da tu opinión en los comentarios.
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