6 cosas que podrían salir mal cuando un bebé y un niño comparten habitación
Si estás pensando en que tu hijo y tu bebé compartan habitación, tienes que leer esto...
Si tienes a tu segundo bebé y todavía no has podido mudarte a una casa más grande, quizá pienses que es una buena idea que el bebé y tu niño duerman en la misma habitación. ¿Qué podría salir mal, después de todo? Pues déjanos advertirte de algunas cosas en las que quizá no pensaste antes de poner un bebé y un niño en la misma habitación.
1. Necesidades de luz
Probablemente nunca se te ocurrió que, mientras tu niño pequeño quiere dormir con la luz encendida porque tiene miedo a la oscuridad, tu bebé necesita oscuridad total para dormir.
2. Horas de sueño
¿Qué sucede si el bebé empieza a llorar en mitad de la noche y despierta al niño, que luego no se puede volver a dormir y al otro día debe levantarse temprano para ir al colegio? O también puede pasar que tu hijo esté acostumbrado a que le leas un cuento en la cama antes de dormir, pero resulta que no puedes hacerlo si ya se durmió el bebé.
3. Miedos y pesadillas
Si tu niño suele sufrir de miedo durante la noche o pesadillas, también puede ocurrir que se despierte gritando llamándote, lo que despertará al bebé, y así tendrás dos pequeños gritando y llorando a la madrugada.
4. Juegos peligrosos
Por más que le adviertas a tu hijo pequeño que no se acerque a la cuna del bebé, quizá porque lo oye haciendo ruidos extraños, o simplemente por curiosidad o para jugar, puede hacerlo. Y dado que es demasiado pequeño para saber las consecuencias de sus actos, puede poner en riesgo la salud o la vida del bebé de manera inconsciente.
5. Contagios
No importa quién se enfermó primero: al final del día tendrás tanto al bebé como al niño contagiados de la misma enfermedad. ¡Lo que significa doble riesgo y doble trabajo!
Debes conocer: Cómo preparar a un hijo para la llegada de un hermano
6. Reclamos y celos
También puede suceder que tu niño pequeño comience a sentir celos y hacer reclamos: ya no dispone de toda la habitación para sí mismo, tiene que compartir el espacio en el armario con las cosas del bebé, y ni siquiera puede desparramar sus juguetes y pasar allí toda la tarde porque el bebé está durmiendo la siesta.
Hablando con cariño, comprensión y respeto, quizá puedas llegar a un acuerdo con tu hijo pequeño para compartir la habitación con el bebé. Pero si luego surge alguno de estos problemas, ¡no digas que no te avisamos! Y deberías ver estos consejos para evitar los celos entre hermanos.