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No mires para otro lado: el VIH existe y es hora de que hablemos de frente y sin prejuicios

Publicado 13 Dic 2018 – 03:35 PM EST | Actualizado 13 Dic 2018 – 03:35 PM EST
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En la jerga popular, es común escuchar el término bicho para referirse al VIH. Lucas Fauno es periodista, guionista, escritor, activista y tiene el bicho desde el año 2008. Junto al ilustrador Jon Amarillo, crearon el cómic «Bicho y yo» el cual busca derribar los prejuicios sociales, políticos y culturales que giran en torno al virus.

El cómic que cuenta al mundo cómo es vivir con VIH+

En primera persona, el cómic cuenta cómo es la vida de Fauno (el alter ego de Lucas) que convive con Bicho, una cepa de VIH. Desde el 2017 sale todos los jueves a través de la Agencia Presentes.

Con Lucas en el guión y Jon en las ilustraciones, juntos crean un relato que, sin mucho dramatismo, comparte información acerca de los antirretrovirales, cuáles son sus efectos secundarios y aprovecha también para denunciar la inoperancia del sistema de salud público de Argentina en el área de VIH/SIDA.

Hablamos con Lucas, quien nos contó un poco más acerca de esta historia.

¿Qué te llevó a crear «Bicho y yo»?

Desde que soy VIH+ hace 10 años y como soy periodista, siempre me interesó la manera de hablar del tema. En general cuando se habla del VIH, primero se lo despersonaliza, ya que, si bien se habla de la persona viviendo con el virus, cuesta asociarlo a una persona o una historia. Las pocas veces que se hace, en general son historias sumamente estigmatizantes en las que se criminaliza a la persona VIH + y se la responsabiliza desmedidamente, casi con una lógica militar, ya que sobrevuela un gran «algo habrán hecho». Además, la comunicación suele ser siempre muy solemne, como, por ejemplo: «La historia de superación de la persona viviendo con VIH». Entonces, yo siempre busco maneras alternativas.

¿Cuáles son estas maneras alternativas?

Con Jon Amarillo, ilustrador y co-guionista de «Bicho y yo» decidimos buscar un lenguaje cotidiano. «Me pasa esto», «Hay días que me la banco», «Hay otros que no quiero saber nada». Para mí lo más importante fue encontrar un lenguaje habitual y amable, pero también incómodo, ya que no vengo a decirte lo que vos necesitás saber para tu tranquilidad, sino que vengo a interpelarte. En ningún momento me gustaría que la tira arroje certezas, me interesa más que nada que arroje interpelaciones, dudas, preguntas, repreguntas, que funcionen para repensar como sociedad.

¿Percibís cambios en la actualidad con respecto a la estigmatización de quienes tienen VIH?

En este tipo de preguntas, lo único que tengo de positivo es el VIH porque no lo veo todo tan bien. Si bien veo avances, en estos 10 años de recorrido que tengo, aún falta mucho. Por ejemplo: hoy me entrevistaron de una radio y me dijeron: «Vos tenés SIDA». No puede ser que estemos en el año 2018 y tenga que explicar la diferencia entre VIH y SIDA. Siento que sigue habiendo una estigmatización también muy marketinera con la palabra SIDA, que obviamente vende más. Hay poco interés en los cuerpos VIH +.

¿Qué crees que piensa gran parte de la sociedad sobre los cuerpos VIH+?

Yo presiento que se sigue reduciendo al cuerpo positivo a una pastilla y a un preservativo. Y no se preguntan nunca: «¿Esa pastilla está disponible para todos?»; «¿Quiénes la toman?»; «¿Qué efectos secundarios produce»; «¿En qué contexto la toma?»; «¿Por qué usamos preservativo?»; «¿Por qué lo dejamos de usar?»; «¿Cuántos preservativos reparte el gobierno?»; «¿Cuántos no está repartiendo?». Nos olvidamos de las situaciones personales, transversales, interseccionales de las personas con VIH+ porque no es lo mismo ser positivo en la Ciudad de Buenos Aires, que serlo en una provincia. No es lo mismo ser VIH+ siendo hombre que siendo mujer y ni hablar si se es una persona trans. Entonces, creo que la estigmatización tiene que ver con que se han adoptado esas frases clichés como «Ahora con la medicación está todo bien» y no se indaga en las historias personales ni en las necesidades colectivas.

¿Cuál es una de las grandes necesidades colectivas?

El presupuesto 2019 de Argentina que se aprobó tiene un gran recorte sobre el área VIH/SIDA entonces no tenemos asegurados ni siquiera los tratamientos para el año que viene. En ese contexto, el gobierno ni siquiera me asegura la medicación. Imagínate como puede ser el dialogo con un varón gay que en Grindr me dice: «Con vos no puedo estar porque tenés VIH».

¿Cuál es la repercusión que tuvo «Bicho y yo» en tu vida personal?

En mi vida personal la verdad es que tuvo un impacto bastante bueno, porque me acercó a muchos diálogos. La gente me escribe, me cuenta cosas. También me ayuda a atravesar todo esto en compañía. El hecho de hacerlo con Jon Amarillo para mí es muy importante, porque yo soy escritor, pienso todo en guiones, en hojas de Word. Jon le da una personalidad a Bicho, encuentra las formas de dibujarlo, contarlo, narrarlo. Siento que resignifica mis palabras, entonces me acompaña y me abraza muchísimo su trabajo. Por otro lado, la tira, sale todos los jueves en la Agencia Presentes y cumplimos un año. Semana a semana junto a la tira tenemos la posibilidad de interpelar un tema, una secuencia, una situación en torno al virus. Entonces me hace dar cuenta de que no estamos solos en esta cruzada.

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