Crítica de Hugo Cabret: llevar algunos pañuelos
Decidida a ir al cine, pero sobre todo a ver las películas nominadas a los Oscars, entre a ver Hugo o La Invención de Hugo Cabret. Debo admitir que no sabía mucho más sobre la misma, salvo por lo que entendía del tráiler y sobre lo que leí a grandes rasgos, por lo que me sorprendí bastante con la segunda historia dentro del film. Últimamente voy sin expectativas al cine, mejor así antes de realmente terminar odiando a lo que fui a ver.
La invención de Hugo, cuyo nombre en inglés es Hugo, es dirigida por Martin Scorsese y está basada en una novela gráfica para niños de Brian Selznick. Con las actuaciones de Asa Butterfield como Hugo Cabret, Chloe Moretz quién encarna a la adorable Isabelle, Sacha Baron Cohen como el guardián de la estación y quién persigue a Hugo, Ben Kingsley como Papa George; entre otros grandes actores como Christopher Lee y Jude Law.
Sinopsis
Hugo (Butterfield) es un muchacho parisino que vive en la estación de trenes de Paris, arreglando los relojes de la misma en la década del ‘30. Tarea encomendada por su tío ( Ray Wistone) que una vez desapareció y no volvió más, dejándolo a la merced de lo que pudiera arreglárselas por el mismo. Siendo la única familia, ya que su padre era viudo y al morir sólo tenía a Claude, pero lo único que puede hacer, ahora que está solo es robar para poder sobrevivir.
Su padre (Law) antes de morir, había encontrado en el ático del museo, un autómata, que era utilizado por los magos antes. Una especie de robot a cuerda, si me permiten decir. Y que aparentemente, este escribía, entonces prometió a Hugo repararlo entre los dos cada vez que tuviera el tiempo para poder hacerlo. Una noche todo cambio, el museo se incendió y su padre murió en él, dejándolo sin más elección que su tío o el orfanato.
Toda estación de trenes, de micros, lo que sea, tiene su propio mundo. Todo lo que uno puede llegar a necesitar se encuentra ahí. Y entre todas esas cosas hay una juguetería, que tiene juguetes a cuerda de donde el roba juguetes para poder terminar el autómata y así no sentirse tan solo. Hasta que un día todo cambia, Papa Georges (Kingsley) lo descubre y lo pone a prueba. Además, conoce a Isabelle (Moretz) quién será su nueva compañera de aventuras y con la que emprenderá un viaje sin retorno.
Por supuesto nada es color de rosa, porque siempre hay un villano y en este caso es el guardia de seguridad (Baron Cohen) con un perro doberman llamado Maximilian, intentará a toda costa sacarlo de lugar o enviarlo al orfanato como al resto de los chicos que encuentra. Este simpático agente de seguridad tiene su encanto, y termina siendo más agradable que otra cosa.
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El Homenaje (Spoiler)
Resulta que Papa Georges, no era cualquier juguetero sino que era Georges Méliès. Un mago, ilusionista que convirtió en el cine lo que es. Inclusive hizo cine a color, pintando uno a uno los cuadros de la película. En realidad, esta fue la parte que me gustó más sobre todo cuando comienzan a pasar las películas que hizo Méliès, y alguna que otra del cine mudo: por ejemplo vemos al gran Chaplin en acción.
Esta segunda historia, nos cuenta que es lo que paso con este gran cineasta al que todos creían muerto, porque no había vuelto a hacer ninguna desde la guerra. Él intento borrar esa parte de su pasado, a quién había amado al igual que a su esposa Mama Jeanne ( Helen McCrory), quién lo ha acompañado desde el principio, pero que también había guardado en un baúl todos los recuerdos de esa época.
Ellos seguirían ocultando el pasado, y dejando que la tristeza los invadiera si no fuera por Hugo e Isabelle quiénes descubren quién era Papa Georges y lo sacan de esa tristeza, porque no había sido olvidado sino que era recordado por todos y una gran eminencia.
A modo personal
En cuanto a las actuaciones me encantaron aunque me cueste admitirlo, Sacha Baron Cohen realmente se pasa. No me gusto ninguna de sus películas, lo odiaba, pero ahora me cae bien y se lo debo al film en sí. Todos los actores se pasan, realmente llegan al espectador, sienten en carne el personaje que interpretan y del director, Martin Scorsese, que supo a quién escoger.
Bien ambientado, la fotografía, los efectos especiales. Se disfruta mucho, y uno pierde la noción del tiempo adentro de la sala. Que últimamente, es una de las pocas cosas que hace mucho no disfruto. El gusto de sentarme a ver una peli y no sentir el paso del tiempo, estar tan compenetrada con la historia que decida olvidarme de lo que pasa en el mundo real.
Ahora entiendo, porque es una de las preferidas en los Oscars y no comprendo porque la dejaron afuera en las demás entrega de premios. Igual nunca coinciden en gustos, el público y los encargados de las entregas de premios.
Personalmente, la película me encantó y creo que se puede obviar el gasto de entrar a verla en 3D, solamente hay partes de la misma que se pueden apreciar mejor en todas sus dimensiones, pero si desean entrar a verla, no creo que sea un total derroche de dinero… Es para verla.