A solo minutos del centro de la ciudad, entre el ruido del tráfico y los edificios modernos, hay
un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.
Se llama Old City Park, y más que un parque, es
una puerta abierta al pasado de Texas. Con
entrada gratuita y rodeado de árboles centenarios, este espacio es ideal para quienes buscan una pausa en medio del ajetreo urbano, o simplemente
un paseo en familia con historia, aire libre y muchas sorpresas. Crédito: Carlos Luis Galán
🏡 Una aldea del siglo XIX en pleno siglo XXI
Lo que hoy conocemos como Old City Park fue el primer parque público de Dallas, abierto en 1876. Años después, se transformó en un museo viviente: más de 20 casas y edificios antiguos fueron traídos desde distintos puntos del estado y colocados aquí, como si el siglo XIX aún siguiera su curso. Crédito: Carlos Luis Galán
Al caminar por sus senderos de piedra, te encontrarás con
casas victorianas, una escuela rural, una tienda, una granja y hasta una iglesia de época. Cada estructura está restaurada con detalle y, en días especiales,
cobran vida con personajes vestidos de época que cuentan historias, cocinan al estilo antiguo o enseñan
cómo vivía la gente en aquellos años. Crédito: Carlos Luis Galán
🎟️ Lo que necesitas saber antes de ir
- Entrada: ¡Gratis!
- Horario del parque: Todos los días, de 7:00 a.m. a 7:00 p.m.
- Edificaciones históricas: Abiertas de 10:00 a.m. a 4:00 p.m.
- Ubicación: 1515 S. Harwood St., Dallas
- Estacionamiento: Disponible en la entrada principal
Ideal para familias, fotos y picnics
Old City Park es un lugar perfecto para recorrer sin prisa, tomarse fotos con un fondo diferente y aprender sin necesidad de un libro. También hay espacios para sentarse, hacer picnic y pasar la tarde al aire libre. No hay costo de entrada, lo que lo convierte en una opción accesible para todas las familias. Crédito: Carlos Luis Galán
✨ Un viaje al pasado sin salir de la ciudad
Visitar Old City Park es más que ir a un parque: es abrir una ventana a cómo era la vida en Texas hace más de 100 años.
Y lo mejor: está justo aquí, en el centro de Dallas, esperando a quien quiera detener el reloj por un rato. Crédito: Carlos Luis Galán