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Papás y Mamás

Ricky Martin: Recuerdo tener 10 años y tocar el cielo con las manos

29 Nov 2015 – 11:00 AM EST
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Alejandro Sanz, Laura Pausini y Ricky Martin en La Banda por Univisión

En los últimos años he sido juez de dos concursos musicales internacionales: La Voz Mexico y The Voice Australia. Indudablemente, han sido experiencias increíbles e inolvidables. Sin embargo, cuándo entramos en conversaciones sobre ser juez para La Banda de Univisión, se creó un reto muy distinto en mí. Y es que encontrar a los integrantes perfectos para La Banda era algo que yo entendía perfectamente. Hace muchos años atrás, fui yo ese niño lleno de sueños que quería conquistar el mundo y ser parte de algo más grande que él. Con La Banda, junto a Laura Pausini y Alejandro Sanz, me convertiría en esa persona que alimentaría ese sueño con un “sí”, o los enviaría a la casa con un “no”. ¡Qué duro!

Pasaba días recordando cómo fue para mí el querer ser integrante de Menudo. Y es que es algo tan difícil de explicar en su magnitud correcta, porque aunque lo he conversado miles de veces, es imposible describir cómo mi alma se expandía de emoción. Tenía un motor en mí que no me dejaba descansar, que me acostaba y levantaba visualizándome ya en el escenario. Hoy día quizás sea difícil de comprender lo que representaba Menudo en aquel momento, pero la verdad no había nada igual. Era un fenómeno mundial y por supuesto yo quería ser parte de eso que había nacido en mi propia isla.

 Yo sé lo que es que te manden a casa y te digan, “Lo siento, no te hemos escogido”. Cuando quise entrar a Menudo, yo tuve que ir a las audiciones tres veces antes de que me aceptaran. La primera vez me fue muy bien, les gusto como cantaba y bailaba, sin embargo me dijeron que era muy bajito. En lugar de desanimarme, ese rechazo inicial hizo que incrementara mi determinación. Volví a presentarme nueve meses más tarde, pero otra vez me dijeron que era muy bajito y hasta me recomendaron que jugara al basquetbol a ver si crecía. Lo intenté una tercera vez y esta vez lo logré, en realidad no había crecido nada, pero parece que vieron las ganas tan grandes que tenia de entrar que decidieron darme la oportunidad.

 Recuerdo ese “sí” como si fuera ayer. Y, en ese momento, sentí tocar el cielo con las manos. Creo que es algo que ha quedado palpado en mi ser. Cada vez que me siento en mi silla de juez, tomo un tiempo para recordar esos “no” y ese “si”. La realidad es que no todos los que vienen a nosotros tienen esa cualidad que buscamos. Luego hay otros… hay otros… que en su mirada veo a aquel niño que sabía que rompería esquemas si solo alguien creería en él y le daría la oportunidad de demostrarlo. Esto se está convirtiendo en una experiencia surreal para mí de la cual estoy eternamente agradecido.

Y no puedo dejar afuera el factor padre. Desde que soy papá de Matteo y Valentino agradezco más el apoyo de mi propio papá. Cuando estoy allí en La Banda y veo a las mamás y papás parados allí apoyando a sus hijos, recuerdo cómo mi papá no se dio por vencido. Hubiese sido más fácil que después del primer y segundo “no” él hubiese dicho, “hijo, esto no es para ti”. Pero su apoyo incondicional fue el motor que me permitió no perder la fe de que sí iba a entrar. Hoy, pienso en lo mismo con los míos. No sé si algún día ellos quieran estar parados en una tarima y dependan de el “sí” de alguien para poder cumplir sus sueños. Allí estaré yo, parado a su lado.

Si ustedes están siguiendo La Banda, estarán emocionados con el camino y la evolución de estos chicos que buscan ser las próximas estrellas. Seguro ya tendrán a sus favoritos escogidos. Pero recuerden que detrás de cada uno de esos jóvenes hay sueños que no conocen límites; probablemente muchos ya han recibido un “no” anteriormente que ha aumentado su perseverancia; hay emociones y dudas que vienen con las edades; y hay una vida entera por vivir. Vengan conmigo y ¡ayudémoslos a tocar el cielo con las manos al formar parte de La Banda!

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