¿Cuándo y cómo sucedieron los primeros accidentes automovilísticos de la historia?

Hoy en día hablamos de radares de velocidad, multas, coches automáticos, semáforos y seguridad vial como si siempre hubieran existido. Pero si nos vamos siglos atrás, en realidad las primeras historias del automóvil estuvieron marcados por accidentes que, aunque ocurridos a velocidades que hoy nos parecen bastante curiosas, fueron trágicas.
Por ejemplo, el 17 de agosto de 1896, la señora Bridget Driscoll pasaba un día en el Crystal Palace de Londres durante una demostración, cuando fue atropellada por un coche Roger-Benz conducido por Arthur Edsell.
El vehículo iba a apenas 3 mph (6 km/h), pero el golpe fue fatal, debido a que su cráneo se fracturó y se convirtió en la primera víctima mortal de un accidente automovilístico, de acuerdo con información de National Motor Museum y Guinness World Records.
Aunque su caso pasó a la historia, no fue la primera víctima relacionada con los vehículos. Años antes, el 31 de agosto de 1869, Mary Ward, de Belfast, Irlanda, había muerto tras caer de un carruaje a vapor. La diferencia es que Ward fue la primera persona en fallecer como pasajera, mientras que Driscoll fue como peatona.
Casi 20 años después, se registró el incidente de Henry Lindfield el 12 de febrero de 1898, acompañado por su hijo de 18 años, quien logró salir casi ileso, mientras que Lindfield perdió el control de su coche en Russell Hill Road, Purley (actualmente Surrey, al sudeste de Inglaterra) y se estrelló contra un árbol.
Fue trasladado al Hospital General de Croydon, pero falleció al día siguiente tras la amputación de una pierna. Las crónicas de la época señalaron que la causa del accidente fue la velocidad de 15 mph (25 km/h), demasiado para un conductor inexperto, sumándose las condiciones de las carreteras que estaban mal pavimentadas, llenas de baches y cubiertas de lodo generado por el enorme tráfico de carruajes tirados por caballos.
Luego, el 25 de febrero de 1899 en Grove Hill, Harrow, en el Reino Unido, un coche Daimler Wagonette que estaba siendo probado para su posible compra terminó en desastre, cuando el conductor, E.R. Sewell se estrelló, murió al instante, y su pasajero, el mayor James Stanley Richer, falleció días después tras entrar en coma. Richer pasó a ser el primer pasajero de automóvil en perder la vida en un accidente.
Lo curioso es que se tratan de coches que apenas superaban los 15 mph, pero con los autos siendo novedad en aquel entonces, la falta de experiencia de los conductores y sin reglas de tránsito, se convirtieron en situaciones fatales.