Llegás a tu casa después de un día agotador y para relajar te tirás en el sillón a ver una serie, leer un libro o simplemente descansar. Podemos discutir qué hacer pero todos estaríamos de acuerdo en que el dulce de leche no puede faltar. ¿Cómo describir el placer de comer dulce del pote? Sin culpa, sin quejas, sin reclamos.