Estas cavidades de agua subterránea son, quizá, la postal más alucinante de la Península de Yucatán. Si tienes poco tiempo en Yucatán, el cenote Ik-Kil es el ideal. Queda a sólo 3 km de Chichen Itza, así que se podría intentar hacer los dos recorridos en el mismo día. El lugar está rodeado de árboles, algo que lo hace ideal para observar tucanes, loros y otros tipos de aves. Crédito: LRCImagery / iStock
Cerca a la munipalidad de Valladolid quedan los cenotes Xkeken y Samula. El primero, en la fotografía, debe su nombre a la palabra maya "X'Keken",que significa "cerdo". Al parecer, su descubrimiento se dio porque los habitantes locales tenían un cerdo que se iba de paseo en las épocas de sequía y llegaba cubierto de lodo. Así, gracias a la habilidad del cerdo para encontrar el agua, los habitantes descubrieron este lugar de ensueño. Crédito: zhuzhu / iStock
El cenote Samula queda muy cerca al poblado de Dzitnup. Al lugar se accede a través de unas escaleras de piedra y madera. Las estructuras que cuelgan del agujero en la cúpula son raíces de un árbol. Se recomienda visitarlo entre las 12 pm y 2 pm, para ver entrar la luz en todo su esplendor. Se dice que el domingo es el día de mayores visitas, así que intenta ir otro día. Renata M. Sousa / iStock
Hasta el año 2000, este sitio era desconocido para la humanidad. Lo encontraron los hermanos mineros Eloy y Javier Delgado. La cueva de los cristales está conectada a la mina de Naica, municipalidad de Saucillo, Chihuahua. Está 300 metros por debajo de la superficie y tiene una temperatura de hasta 58 °C (136° F). Por eso, si decides visitarla, no se recomienda estar en su interior por más de diez minutos. El cristal más grande hasta ahora encontrado en la cueva mide 12 m (39.4 pies) de largo por 4 m (13 pies) de diámetro. Crédito: Alexander Van Driessche / Wikimedia Commons
El Parque nacional Grutas de Cacahuamilpa está en la Sierra Madre del Sur, al norte del Estado de Guerrero. Cuenta con rutas de espeleología de 2 km, algo cortas para los amantes de la disciplina, pero su belleza las convierte en una parada obligada. Fue habitada por tribus chontales, que realizaban ceremonias religiosas en su interior. Fueron descubiertas en 1834 por Manuel Sainz de la Peña Miranda. Crédito: Jacobo Cortés / iStock
Tras un ascenso de 80 m en telesférico, los turistas pueden llegar a la entrada de estas grutas. Están ubicadas en el municipio de García, Nuevo León, México, a tan sólo 30 km de Monterrey. Mientras buscaba leña, la familia Marmolejo las descubrió en 1843. Se cree que cuentan con más de 500 mil años, una longitud de 300 m y una profundidad máxima de 105 m. En la prehistoria estuvieron sumergidas bajo el mar. Crédito: Jaskyna Domica / Wikimedia Commons
Edward nació en agosto de 1907 en Greywalls, Escocia, y murió en 1984. En este jardín, y en una especie de palacete que construyó, recibía visitas de artistas de la talla de Leonora Carrington. Sus cómplices en esta construcción fueron Roland McKenzie y de Plutarco Gastélum. Crédito: Rod Waddington / Flickr
En México, si no pagas a tiempo tu tumba, te pueden exhumar. Eso empezaron a hacer en 1865 en el Panteón de Santa Paula, cuando encontraron la primera momia. Por cuenta de los nitratos y alumbre que están en el subsuelo del lugar, los cuerpos de los muertos morosos del cementerio se momificaron de manera natural y hoy se exhiben en el Museo de las Momias de Guanajuato. Se estima que son 111 momias de mujeres, hombres y niños exhumados entre 1865 y 1989. Crédito: Kevin Hutchinson / Flickr
Como si se tratara de una cascada de la película Avatar, El Puente de Dios está tan sólo a 3 km del pueblo de Tamasopo, en San Luis Potosí, México. El río Gallinas forma dos piscinas naturales, antes y después de caer, y la caída del agua esconde detrás suyo una cueva. Crédito: Psau, Creative Commons
Otro escenario digno de la película Avatar queda al norte del municipio de Aquismón, también en San Luis Potosí. La cascada Tamul tiene una caída de 105 m de altura. Allí también hay una cueva de hasta 45 m de profundidad en la que se puede nadar en aguas cristalinas. Crédito: Mauro Trejo
Esta playa en las islas Marietas, cerca a las costas de Nayarit, México, no parece otra cosa diferente al capricho de un escenógrafo de cine. Se le conoce como Playa escondida o Playa del amor, y sólo se llega a ella nadando a través de un túnel. En los años 90, el gobierno mexicano realizó pruebas de arsenal militar en la zona. La comunidad internacional, liderada por Jacques Costeau, se manifestó y detuvieron las pruebas. Hoy, las islas Marietas son un parque nacional. Crédito: Christian Fausto Bernal / Wikimedia Commons
200 toneladas, 420 metros cuadrados y más de 500 esculturas bajo el agua. Esas son las cifras hasta ahora del Museo Subacuático de Arte (MUSA), ubicado entre Cancún e Isla Mujeres. El proyecto parte de la idea de generar un hábitad para el crecimiento de corales, además de hacer consciencia sobre todo lo que el ser humano vierte a los mares. Las esculturas de esta fotografía pertenecen al artista cubano Elier Amado Gil. Crédito: The Museo Subacuatico de Arte de Cancun (the Museum of Underwater Art in Cancun) musamexico.org/
Alexander von Humboldt quedó tan impresionado con estos prismas basálticos que los dibujó durante su visita en 1803. Se ubican en el municipio de Huasca de Ocampo, en Hidalgo, México. Estas columnas, de cinco o seis caras, se dieron por el enfriamento lento de lava hace 2.5 millones de años. Crédito: Diego Delso / Wikimedia Commons
Se cree que estos terraplenes, conocidos como "Guachimontones", eran utilizados para celebrar el ritual de Los voladores, en el que cuatro hombres se cuelgan de cabeza de un palo y dan vueltas para honrar al dios del viento. Se encuentran en el municipio de Teuchitlán, a una hora al oeste de Guadalajara. Crédito: Thomassin Mickaël / Flickr
Esta casa es, como lo dice su arquitecto, el mexicano Javier Senosiain, la puerta a la Cuarta dimensión: "al entrar desde el exterior, se sube por una escalinata y al pasar al interior del Nautilus, a través de un gran vitral, se genera una experiencia espacial viviendo la secuencia de un recorrido, en donde ni las paredes, ni el piso, ni el techo son paralelos. Es un espacio fluido en tres dimensiones donde se puede percibir la dinámica continua de la cuarta dimensión, al caminar en espiral sobre la escalinata, con la sensación de flotar sobre la vegetación". Crédito: Javier Senosiain / Facebook
Entre los canales de Xochimilco, en el Distrito Federal, se encuentra la aterradora Isla de las muñecas. En ella vivió Julián Santana Barrera, un hombre con problemas mentales que colgó gran cantidad de muñecas en los árboles. La explicación es ambigua: se dice que Julián encontró el cuerpo de una niña ahogada, y que a su lado, flotaba una muñeca. Él, entonces, colgó esa muñeca en un árbol, y se dice que para espantar los malos espíritus empezó a colgar muchas más. El hombre fue encontrado muerto en 2001 en el que se cree que fue el mismo lugar en el que murió la niña. Crédito: FlyingCrimsonPig / Flickr