Uno de los rasgos que más asociamos con el profesionalismo y el respeto a los demás es la puntualidad. Muchas veces, llegar tarde está acordado, como en una reunión con amigos; sin embargo, muchas otras es visto como una falta de respeto. Si eres de las personas que llegan tarde todo el tiempo, sin importar a qué, si estás constantemente batallando contra el reloj, puede ser una señal psicológica de que, en realidad, eres un poco más feliz que los demás.