Todo comenzó con un simple reclamo vehicular el pasado 24 de septiembre. El cuñado de Gabriel sintió que el chofer de una camioneta junto a su automóvil acababa de realizar una maniobra temeraria, por lo que le tocó el claxon. Es simple y rutinaria acción cambiaría la vida de una familia hispana en Dallas, Texas.
Sacado de sí y furibundo, el conductor de la camioneta no se detuvo a razonar lo que estaba a punto de hacer, por lo que, sin perder tiempo y dejar de conducir, comenzó a balear el vehículo en el que Gabriel ocupaba el asiento del copiloto, recibiendo el impacto de 5 balas; una de ellas en su cabeza.
Por si fuera poco, del agresor no se tiene información alguna, aunque las autoridades aseguran que tienen pistas que las acercan a su detención. “Estamos trabajando duro para dar con este tipo de conductores irresponsables porque no vamos a tener ningún tipo de tolerancia”, contó el vocero de la policía de Dallas, Juan Fernández, quien explicó que el sospechoso podría pasar hasta 99 años en prisión o ser condenado a la pena capital.
“Yo no acepto esta realidad, mi fe y mi instinto de madre no lo acepta. Mi hijo se va a parar de esa cama, va a caminar y me va a pedir irnos a casa”, dice Robles, quien junto a su familia han abierto
una cuenta de GoFundMe para tratar de recolectar dinero para solventar los gastos hospitalarios.