Aymee Nuviola, la artista que cantó en hoteles y hoy se perfila como la voz de Cuba
'Bailando todo se olvida', así se titula uno de los éxitos de Aymee Nuviola, la artista cubana quien se hizo famosa intepretando a Celia Cruz en una telenovela y actualmente se encuentra gozando de los frutos de su disco "Como Anillo Al Dedo". Contrario a la canción, fue a pulso, cantando y bailando, que Aymee fue forjando su carrera durante más de una década en Costa Rica y México antes de llegar a Estados Unidos.
Aunque Cuba "está de moda" por eventos políticos que han definido su imagen a nivel global, no es tan fácil para sus músicos dar el brinco a Estados Unidos. En el caso de Aymee, una estudiante de música desde muy jóven, sentó sus raices en Costa Rica y México por casi una decada antes de integrarse al mundo musical popular en Miami.
En México el alma musical de Aymee es puesto a prueba. Como empleada de entretenimiento, contratada para entretener musicalmente a los huespedes, el talento de Aymee era limitado a los que los clientes de los hoteles querían escuchar. La diversidad de su repertorio era dirigida por la raza, y generación de los turistas. Las masas migratorias que excursionaban las bellas playas y la vida nocturna no estaban interesados en escuchar el trabajo de Aymee, si no querian, a traves de su talento, sentir una noción mediante la música, de lo que habian dejado a tras para ir de vacaciones.
Durante “Spring Break”, el listado de canciones era dedicado a los jóvenes que cruzaban la frontera en busca de diversión. Para el “summer Break”, Aymee recuerda que eran los afro-americanos quien dictaban su set, mientras en ocasiones, cuando llegaba la temporada del turismo nacional, esta disfrutaba de un poco más de libertad. “Cuando a los mexicanos le decían que el grupo era de Cuba, entonces pedían que les tocáramos salsa, cosas movidas.”
Entre las canciones y artistas que Aymee recuerda, se encuentra Los Beatles, La Bamba de Ritchie Valens, “en todas sus versiones”, Maná y por supuesto, Celia Cruz. Esto le creo una crisis de identidad. Cada vez que personificaba las obras de otros grandes artistas, se sentía como si se Aymee fuera desapareciendo poco a poco y transformándose en otras figuras. “Venian donde mi los afro-americanos y me decían te pareces a Billie Holiday, te pareces a Anita Baker. Luego venían los blancos y me decían que te pareces a Janis Joplin”, recordó Aymee a carcajadas.
Aymee describe esta etapa como "Karaoke" dónde ella era la única participante rodeada en muchas ocasiones de personas ebrias. “Llego un momento que ese trabajo también me aburrió", lo que la llevo a re-evaluar su futuro artístico.
De Cuba para el Mundo
Como todo en su trayectoria, su futuro bailaba al ritmo de su pasado. La carrera de Aymee comenzó mucho antes que su residencia en México. Inclusive, comenzó mucho antes que ella naciera. Su mamá, graduada de piano por ocho años, fue pianista acompañante del Ballet Nacional de Cuba. No fue hasta que se casó y se dio cuenta lo difícil que era mantener una vida familiar y ser música en gira, que se dedicó a su otra carrera como maestra de historia. Para poder justificar su salida de la música, esta fue maestra nocturna, “Mi mama empezó a dar clases por la noche para dejarnos dormidos, tranquilos y sin fastidiar a la abuela, para ella poder ir a enseñar por la noche”, recuerda la artista cubana.
No fue mucho después que la progenitora de Aymee se encontraba en Italia estudiando turismo. Su regreso de Europa ocurrió en una época donde el turismo en la isla caribeña comenzaba a estructurarse, y eso la posicionó como catedrática de hotelería en una institución educativa en Cuba.
La experiencia de la madre de poder viajar y educarse en música y otras ramas, tuvo un impacto muy grande en Aymee. Como su madre, Aymee estudio en una escuela de artes de Cuba donde estudio música. Desde muy joven comenzó a viajar. A sus 16 años ya estaba mojándose los pies en otros mares, pero siempre regresando a su tierra natal.
Pura Vida
No fue hasta los 30 que tomó una decisión más definitiva. Aymee hizo residencia en Costa Rica. Es allí donde encuentra la independencia absoluta y a Dios. “Costa Rica fue un país que me enseño mucho, aparte de conocer a Dios, aprendí mucho de la música”. El contraste de cómo se digiere la música en Cuba en comparación con el resto del mundo fue un choque cultural.
De acuerdo a la experiencia de La Sonera del Mundo, la música cubana es hecha para músicos, donde la banda en su totalidad, son la estrella. Fuera de Cuba, explica, la figura al frente de la banda es la que tiene el peso de captivar a la audiencia. Y fue entonces cuando comenzó a interpretar para el público.
Para sorpresa de Aymee, la audiencia tica tampoco tenía mucho interés en escuchar canciones originales. En Cuba, “eso es pecado, cuando tocas música de otra gente, estas imitando”, pero no detuvo su marcha hacia sus metas. Esto se puso a prueba más que en otras ocasiones cuando formo parte de su repertorio la canción El Venao de Los Cantantes.
“Cantar eso era como si me metieran un puñal en el hígado cada vez que te pedían El Venao” recordó riéndose a la misma vez que sarcásticamente comparaba las liricas con los poemas de Pablo Neruda, y agradece que en aquel tiempo las cámaras de celulares y las redes sociales eran cosa del futuro.
Aunque Costa Rica le dio oportunidades y enseñanzas muy valiosas en la carrera artística, Aymee empacó todos sus arreglos para comenzar la nueva etapa de su vida. A principios de su estadía México, Aymee se juntó con Margarita Vargas La Diosa de la Cumbia. Al igual que en Costa Rica, sus momentos introductorios fueron esfuerzos donde su música fue comprometida por el paladar de la audiencia local o transitoria.
Irónicamente, en México, la carrera de Aymee roza paralelamente, pero en mundos diferentes, con profesión de hotelería de su madre. Después de un tiempo México, Aymee y su agrupación empiezan a tocar como orquesta de planta en diferentes hoteles como parte del entretenimiento para los turistas. Esta experiencia abrió sus ojos, y sus maletas para dar el próximo paso a seguir en su carrera.
Welcome to Miami
“La gente me había dicho que Miami era el cementerio de los músicos, el que llega ahí no canta más, pero a mí no me paso eso”, recordó Aymee cuando hablo de su movida de México a los Estados Unidos para seguir la nueva etapa de su carrera.
Como en todas las etapas de su vida profesional, los obstáculos casi predeterminados de una industria muy compleja de descifrar, comenzaron a emerger muy temprano en su llegada.
“La Sony Music me había propuesto que había la posibilidad de hacerme un sencillo, y el señor que estaba haciendo las negociaciones dijo mira no, cuando llegues a Miami no trabajes no vayas a la televisión, no te quemes.”
Mientras Aymee siguió instrucciones, las ofertas de trabajo no dejaban de llover, mientras la propuesta de Sony no se materializaba debido a que el Reggaeton dominaba el mercado y la salsa no era muy viable en el momento, explicó. “Yo dije ah no, arranque con mi vida normal trabajando y no he parado hasta el día de hoy”.
Para Aymee, todo en su carrera tiene un por qué. No cambiaría nada de su trayectoria, donde sus valiosas experiencias han servido en forjar la artista que goza de un éxito bien merecido. “Todo lo que me ha pasado me ha servido… a veces cuando uno está pasando por un mal momento, después te acuerdas cuando pasa el tiempo y te da una risa”. Una risa afectuosa que refleja una arista en paz con su carrera, todo lo logrado y por lograr.