Decenas de miles de personas protestan en México contra la reforma electoral de AMLO
Decenas de miles de personas llenaron el Zócalo de la Ciudad de México este domingo para protestar en contra de las reformas electorales promovidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pues, dicen, amenazan a la democracia y podrían marcar una vuelta al pasado autoritario del país.
La protesta se extendió a por lo menos otras 15 ciudades mexicanas. Los organizadores afirmaron que habían convocado a 500,000 personas, mientras que el gobierno de la Ciudad de México aseguró que habían sido 90,000.
El Zócalo tiene una capacidad para unas 100,000 personas, pero el reporte de la agencia AP señala que varias calles aledañas a la plaza estaban también llenas.
Los manifestantes iban, en su mayoría, vestidos de blanco y rosa, el color del Instituto Nacional Electoral de México (INE), y gritaban consignas como “El INE no se toca” o “Mi voto no se toca”.
La protesta fue similar a una convocada el pasado 13 de noviembre, pero de acuerdo con los reportes, esta tuvo una mayor convocatoria.
¿Cuáles son las reformas electorales de López Obrador?
Las reformas electorales de López Obrador, también conocidas como el “Plan B”, fueron aprobadas por el Congreso mexicano la semana pasada.
Una vez que se pongan en marcha, estas leyes recortarán sustancialmente el presupuesto del INE, un organismo autónomo que gestiona el sistema electoral de México. También reducirían las sanciones a los candidatos a puestos públicos que no difundan sus gastos de campaña ni el origen de estos fondos.
El presidente mexicano niega que las reformas sean una amenaza a la democracia y ha calificado a las críticas como “elitistas”, pues dice que el INE gasta demasiado dinero y asegura que estos fondos deberían gastarse en los pobres.
“Una vuelta al pasado”
Enrique Bastién, un veterinario de 64 años que participó en la manifestación de este domingo, dijo que las reformas de López Obrador son “una vuelta al pasado” cuando “el gobierno controlaba las elecciones”.
“Era una vida sin independencia”, dijo Bastién, aludiendo a los años en que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo el poder de México durante más de 70 años gracias, en parte, a un control férreo de las elecciones.
Fernando Gutiérrez, un comerciante de 55 años, aseguró que López Obrador quería llevar a México hacia un gobierno socialista. “Es evidente, por la ayuda que se va a Cuba”, afirmó.
López Obrador ha importado vacunas contra el coronavirus y ha contratado a cientos de médicos cubanos, pero no ha mostrado hasta ahora mayor inclinación hacia ideas socialistas en su política interior.
Muchos otros manifestantes simplemente temen que vuelvan prácticas comunes en México anteriores a la creación del instituto autónomo electoral, como el conteo incorrecto de votos, el gasto excesivo de campaña y tácticas de intimidación a los votantes.
¿Qué es lo que sigue para las reformas electorales de AMLO?
López Obrador dijo el jueves que firmará los cambios en la ley, aunque espera impugnaciones judiciales. Muchos en la protesta del domingo expresaron su esperanza de que la Suprema Corte de Justicia de México revoque partes de la reforma, como lo han hecho los tribunales con otras iniciativas presidenciales.
Lorenzo Córdova, presidente del INE, ha dicho que las reformas “buscan eliminar la labor de miles de personas que trabajan todos los días para garantizar elecciones confiables, algo que, por supuesto, representará un riesgo para futuras elecciones”.
López Obrador se ha mostrado indiferente ante los desafíos judiciales y dijo el jueves que creía que las reformas se mantendrían porque nada de eso estaba “fuera de la ley”.
Sin embargo, López Obrador ha atacado con frecuencia al poder judicial de México y afirmó que los jueces son parte de “una conspiración conservadora” contra su administración.
El estridente rechazo del presidente contra el poder judicial, así como contra las agencias reguladoras de su gestión, ha generado temores entre algunos de que López Obrador esté tratando de restituir las prácticas del antiguo PRI, que torció las reglas para conservar la presidencia de México durante 70 años hasta su derrota en la elecciones de 2000.
Las elecciones en México son caras según los estándares internacionales, en parte porque casi todo el financiamiento legal de las campañas es, por ley, proporcionado por el gobierno.
El INE también emite tarjetas de identificación de votantes, que son la forma de identificación más aceptada en México, y supervisa las votaciones en los rincones más remotos y a menudo más peligrosos del país.
López Obrador sigue siendo muy popular en México, con índices de aprobación de alrededor del 60%. Si bien no puede postularse para la reelección, su partido Morena es el favorito en las elecciones nacionales del próximo año. Además, la oposición está desorganizada.
Parte de su atractivo popular proviene de despotricar contra los burócratas bien pagados, y ha dirigido varios ataques a altos funcionarios electorales porque, asegura, se les paga más que al presidente.