Ser mamá
Siempre quise ser mamá. No es que tenga el recuerdo de haber jugado mucho a las muñecas de chica, pero siempre supe que quería ser mamá.
Bebé que veía, bebé que pedía si lo podía tener, o le jugaba, o lo intentaba hacer reír. Era como algo innato en mí. Años después, carta astral de por medio, descubrí que tengo la luna en cáncer, y fue bueno encontrarle una explicación "astrológica" a mi deseo. "Creer o reventar" dice el dicho. Y yo creo.
El domingo 7 de septiembre de 2014 nació Lola y sería un poco obvio decir que mi vida cambió para siempre, pero así fue. Es increíble como de un segundo para el otro el mundo se da vuelta. Siempre digo que los 9 meses del embarazo, si bien algo sirven para prepararse, son muy "abstractos". Hay una panza que crece, un algo que se mueve adentro y una vaga idea de lo que va a venir, pero creo que la idea nunca llega a asemejarse a la realidad.
"Acá está Lola" me dijeron, aunque no podría decir quién porque había mucha gente en el quirófano. Se imaginarán que fue por cesárea, por eso el aviso, ¿no? Supongo que en el parto natural no te tienen que "avisar" que llegó.
Mi idea de la columna SOS Mamá primeriza es poder ir contando cosas que me pasan o pasaron. Pasarles data, algún que otro consejo y también que sea un espacio para compartir. Está claro que lejos estoy de ser una erudita en el tema de la maternidad, más bien todo lo contrario, pero me imagino esta columna como un lugar de intercambio.
¡Espero que les guste!
Soy mamá de Lola de 10 meses y medio. Pienso que ser mamá es la experiencia más fuerte y movilizadora por la que puede pasar una mujer, y está bueno darnos cuenta de que no estamos solas.