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Opinólogos al acecho

Publicado 12 Ago 2015 – 06:30 PM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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Esto es así. Me lo dijo muy claro una muy amiga mía una vez: si tenés un problema legal y tenés un abogado en la familia, le consultás a él. Si conocés a un médico y tenés un dolor fuerte de espalda, lo llamás para ver qué tomar. Si tenés una amiga que sabe mucho de moda y tenés un casamiento, le mandás foto del look para ver qué opina. La vida está llena de especialistas, y en mayor o menor medida, siempre acudimos a ellos. El problema, dice mi amiga, es que hay muchísima gente que es padre o madre. Y todos, o por lo menos la gran mayoría, creen no solo que tienen EL consejo para darte, sino que también piensan que vos lo querés escuchar.

No es que las madres primerizas no queramos escuchar consejos de nadie, al contrario, los necesitamos y nos vienen bien, pero saben a lo que me refiero, ¿no? A esas personas que siempre te están diciendo que ellos hicieron las cosas distinto a como las hacés vos, y que el resultado fue buenísimo. Muchas veces el consejo va acompañado de una cara de reprobación y por qué no un leve movimiento como si dijeran que no con la cabeza.

Desde la primera persona que viene a verte al sanatorio arrancan los consejos, opiniones, cuestionamientos y demases. "¿De nuevo le vas a dar teta?", "dejala llorar dos noches y vas a ver como duerme de un tirón", "si duerme una vez en tu cama después ya no la sacas mas", "¡Esa chica está muy malcriada!" "¡Qué mamera que es!", y así por los siglos de los siglos. Son los famosos opinólogos que siempre están al acecho de encontrar una débil y emocionalmente delicada madre primeriza

Lo máximo que me pasó fue una vez en un shopping. Porque sí creías que solo opina la gente conocida, ¡estás muy equivocada! Estaba en un local de zapatos con Lola en el cochecito durmiendo boca abajo. Si, ya lo sé, no es muy normal, pero mi hija siempre fue muy complicada para dormir (tema aparte que ya tocaré) y boca abajo se quedaba mejor.

Entonces, me estaba probando zapatos plácidamente y disfrutando de mi momento de tranquilidad, cuando una señora se acercó al cochecito y me dijo "¿Ese bebé está durmiendo boca abajo? ¡Qué peligro! ¿No escuchaste hablar de la muerte súbita?". No me acuerdo que le contesté, pero no podía creer el nivel de intromisión de la mujer. Me hubiera encantado decirle: "Señora, yo a usted no la conozco, no me interesa lo que tenga para decir sobre mi bebé, muchas gracias".

Cuando sos mamá y sobre todo por primera vez, te das cuenta de que estás rodeada de expertos en una materia que a simple vista no dominás del todo. Y lo peor de estos opinólogos es que en su mayoría están convencidos de haber hecho un trabajo excelente con sus propios hijos y se sienten casi en la obligación de compartirte sus conocimientos.

¿Ustedes que opinan? ¿Sufren a los opinólogos? ¿O es que yo perdí toda la paciencia?

¡Hasta el miércoles!

Soy mamá de Lola de 10 meses y medio. Pienso que ser mamá es la experiencia más fuerte y movilizadora por la que puede pasar una mujer, y está bueno darnos cuenta de que no estamos solas.

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