Las temidas visitas
Gran tema gran el de las visitas. Lola ya tiene un año pero todavía me acuerdo de lo que sufrí este tema, y quiero tenerlo muy presente para que con mi próximo hijo no me vuelva a pasar.
No se si en todos lados es igual pero acá está muy arraigado esto de ir al sanatorio a "conocer al bebé". Obviamente antes de vivir ese momento no lo entendés, como tampoco entendés o dimensionás muchas otras cosas, y por supuesto hay gente a la cual seguramente no le molesten (o por lo menos no tanto como a mí) las visitas.
Soy una persona sociable, me encanta estar con gente. Pero cuando nació mi hija, por lo menos por algunos días, tengo que admitir que me volví un poco fóbica. Obviamente me gustó compartir ese momento con mi familia y con mis amigas, pero me pasó que me sentí invadida en muchos momentos y eso no me gustó nada. Con mis amigas tenemos la teoría de que cada puerpera tiene su tema del cual se agarra para llorar y liberar, cuando en realidad lloramos por cosas mucho más profundas, o tal vez ni sabemos por qué lloramos y son las hormonas manifestándose. Las visitas fue mi gran tema.
Para peor, a las pocas horas de que Lola nació una enfermera la vino a controlar a la habitación y me dijo que estaba respirando muy agitada (algo que después me enteré que es algo normal en las cesáreas) y que iban a llevársela para controlarla hasta que su respiración se regulara. Lola nació a las 22:34 y aproximadamente (no me acuerdo bien) a la 1 de la mañana se la llevaron. Fue súper angustiante para mi, y después de que me la trajeron no quería soltarla por nada en el mundo y menos, estar con gente.
Tal vez fue por esa situación en particular que ya empecé mal con el tema. Pero realmente una está recién operada (en mi caso), movilizada a más no poder, conociendo a tu bebé, asimilando todo, que la bajada de la leche, que esto, que lo otro y si a eso hay que sumarle sonreír y charlar con gente ¡son muchas cosas!
Después en mi casa la cosa no cambió mucho. Se juntaba mucha gente, y la mayoría venía en horario pos laboral, que siempre coincide con el horario en que el bebé necesita mas tranquilidad. Yo sabía que estaba siendo exagerada, pero era lo que me pasaba y no podía ir en contra.
Mi recomendaciones en este artículo de SOS Mamá Primeriza son las siguientes:
- Avisar a todos una vez que el bebé ya nació. Esto te permite estar las primeras horas a solas con el bebé.
- Delegar en el padre la responsabilidad de administrar las visitas.
- No tener miedo de ser antipática. Es un momento único y hay que respetar lo que uno quiere.
- No tener miedo de que alguien se sienta ofendido.
- No creer que es mejor que vayan a la clínica para después no recibir en casa. Las dos cosas tienen sus pro y sus contras.
Soy mamá de Lola de 1 año. Pienso que ser mamá es la experiencia más fuerte y movilizadora por la que puede pasar una mujer, y está bueno darnos cuenta de que no estamos solas.