Es mamá de un niño con Asperger y ESTO es lo que podemos aprender de su historia
Todo comenzó algunos años atrás. Su hijo Lucas recién comenzaba el Jardín de Infantes, cuando los maestros identificaron las primeras señales de dificultades que manifestaba en sus "habilidades sociales".
Fue entonces cuando surgió Julia Moret, el seudónimo que esta madre eligió para escribir un libro titulado «La música que llevamos dentro», donde relata el camino que atravesó junto a su familia tras descubrir el diagnóstico de Asperger de su hijo.
El proceso de adaptación a esta nueva realidad no fue fácil, por supuesto. Sin embargo, motivó un cambio en la visión estereotipada que Julia tenía del Síndrome (al igual que mucho de nosotros).
Derribar los prejuicios, el primer paso
«Creo que lo primero es leer, informarse, aprender. Hay muchos miedos y hasta que estos no se despejen no vamos a poder avanzar. La única manera de hacerlo es hablando del tema», cuenta a VIX la madre y autora del libro.
Lo importante es deconstruir ciertos mitos. Esto fue lo que le permitió a Julia no solo entender mejor esta condición, sino vivirla con más naturalidad: «Los niños con Asperger quieren relacionarse, tener amigos, interactuar. Sí, les cuesta, pero a todos nos cuesta algo. ¿O no?».
La importancia de no subestimarlos
No solo se trata de tener paciencia, amabilidad y oído para escuchar, sino también de relacionarse de la misma forma que uno lo haría con otra persona, interesándose en sus gustos y entendiendo que sus particularidades son iguales a las de cualquier otra persona, tenga Asperger o no.
Hoy, Lucas recibe una terapia cognitiva conductual y asiste a un grupo de habilidades sociales. Para Julia, un factor determinante en esto fue la labor humana de los médicos: «En Argentina está lleno de profesionales, terapeutas y educadores con vocación y formación que se interesan y se hacen de herramientas».
La importancia de hablar del tema
Si bien queda mucho por hacer para visibilizar el Síndrome de Asperger e instalarlo en la agenda pública, lo importante es hacer llegar el mensaje de que cada niño es diferente y que todos merecen la misma oportunidad de desarrollar sus potencialidades.
«Creo que esa es la base sobre la que debemos pensar una integración o inclusión en el aula, tanto desde los docentes como desde la comunidad de padres. La tolerancia, el respeto y la empatía se aprenden en casa y se potencian en el colegio», sostiene.
Si tenés alguna duda o querés recibir más información sobre el tema podés acercarst a la Asociación Argentina de Asperger, Brincar por un autismo feliz o PANAACEA. El cambio no es posible si no hablamos del tema.
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