Esto es lo que respiramos que nos hace subir de peso sin que nos demos cuenta
Las dificultades de hacer dieta van más allá del metabolismo, los alimentos "prohibidos" y el ejercicio riguroso. Por años la comunidad científica ha enlistado diferentes factores externos que también contribuyen con la obesidad.
Quizás una de las causas listadas más polémicas fue la declarada por la Dra. Paula Baillie-Hamilton, profesora de la Universidad de Stirling en Escocia y especialista en metabolismo humano. Esta nutricionista asegura que en el aire también existen sustancias que nos hacen engordar con sólo respirarlas: los obesógenos.
A pesar de lo increíble que esto suena, la controversial investigación de Baillie-Hamilton, publicada en 2002 por la revista Journal of Alternative and Complementary Medicine, ha sido retomada en numerosas ocasiones y se ha abierto paso entre los científicos más escépticos debido a sus sólidos argumentos.
Los obesógenos, como término lingüístico, surgieron gracias a Baille-Hamilton, pero su origen se remonta a cientos de años previos a la investigación, ya que son sustancias clasificadas como xenobióticos.
Por definición, los xenobióticos son estructuras químicas contaminantes que surgen como consecuencia de procesos industriales. En otras palabras: son de creación 100 % humana. Los xenobióticos, dependiendo de su origen, se abren paso dentro de los organismos vivos para entorpecer las funciones regulares y en el peor de los casos, causar enfermedades.
Baille-Hamilton asegura que los obesógenos están jugando un papel decisivo en el aumento de la obesidad: entran al cuerpo humano mediante la respiración y su efecto contaminante repercute en el metabolismo, la digestión y la asimilación correcta de los nutrientes.
En su publicación complementa la idea de los obesógenos y explica por qué ya no basta hacer dieta y ejercicio para perder peso:
Baillie-Hamilton aún en la actualidad continúa con su trabajo alrededor de los químicos presentes en el aire que provocan aumento de peso. Dentro de sus nuevos hallazgos, econtró que en la ciudades en donde existe más contaminación, también existen más casos de obesidad sin causas relacionadas a los hábitos de alimentación, o bien, dificultad para perder peso.
¿Qué opinas respecto a esta investigación? Y pensar que hay quienes dicen "con sólo respirar engordo", quizás no estaban bromeando después de todo.
A pesar de la presencia de obesógenos en el ambiente, la investigadora recalca que no afecta a todos en la misma medida. Es importante acudir a un nutricionista y determinar las causas exactas que a cada paciente le permiten bajar o subir de peso.
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