HBO tendrá supervisores para todas sus escenas de sexo: por qué es una decisión histórica
En la era del movimiento MeToo, HBO tomó una decisión que muchos consideraron histórica. El pasado 25 de octubre la cadena anunció vía Twitter que a partir de ese momento todas sus producciones incluirían un «coordinador de escenas íntimas» para supervisar la filmación de las escenas de sexo.
Un entorno propicio
No es sorprendente que la primera experiencia con un coordinador de escenas íntimas haya ocurrido en The Deuce, la serie protagonizada por Maggie Gyllenhaal que explora la escena del trabajo sexual en la Nueva York de los años 70. De acuerdo con el sitio web de HBO, fue en de la serie que Emily Meade, la actriz que interpreta a Lori, una estrella del cine para adultos en ascenso, sugirió que hubiese una persona específica dedicada a supervisar las escenas con contenido sexual.
Una pionera
Fue entonces que la actriz se acercó a los creadores de la serie con su propuesta. Tanto estos como la dirección de HBO estuvieron de acuerdo con la iniciativa y se contactaron con Alicia Rodis, cofundadora de Intimacy Directors International, una asociación que agrupa a este tipo de profesionales. Rodis se dedicó a la actuación, trabajó como doble de acrobacias y dirigió escenas de peleas antes de convertirse en directora y coordinadora de escenas íntimas.
Aunque muchos temían que la presencia de Rodis en los rodajes tuviera un efecto que suavizara las escenas de sexo, eso no ocurrió. De acuerdo con Meade, los conocimientos de Rodis en lenguaje corporal y coreografía en realidad les permitieron lograr interpretaciones más convincentes sin tener que por eso improvisar o tener más contacto del necesario entre actores.
Esta primera experiencia fue tan positiva que HBO decidió extender el rol a todas sus producciones, ya sean películas o series. El director de The Deuce, David Simon, declaró en una entrevista con Rolling Stone que no cree que volverá a trabajar sin una persona que ocupe ese rol.
Pero ¿qué hace un coordinador de escenas íntimas?
Rodis cuenta que su trabajo diario en The Deuce consiste en analizar los guiones y coordinar las escenas con contenido sexual entre los directores y los actores. Primero dialoga con la producción para saber qué es lo que se espera de cada escena y se reúne de forma individual con cada uno de los actores para asegurarse de que se sienten cómodos con el guion.
También coordina con maquillaje, peinado y vestuario, crea protecciones para que los actores tengan el menor contacto posible entre sí y, en general, supervisa las escenas y se asegura de que todo transcurra en un ambiente donde no haya sorpresas.
Según expresó Meade en entrevista con HBO, la presencia de Rodis hizo que se sintiera más segura durante los rodajes. «Sabes que hay alguien que se está asegurando de que ciertos límites no se crucen, entonces no tienes que preocuparte por eso mientras estás desnuda y actuando».
Un avance histórico
La importancia del rol no debe subestimarse. Es un escudo ante los abusos que pueden ocurrir cuando un actor no está bien informado sobre el contenido de la escena o si se da rienda suelta a la improvisación.
El caso más sonado y emblemático, de alguna manera, de este tipo de abusos es el de María Schneider en El último tango en París. La historia levantó una polvareda de indignación pública en 2016, cuando se difundió un video en que su director, Bernardo Bertolucci, contaba en una entrevista cómo él y Marlon Brando habían omitido información sobre la escena de la violación (específicamente, el uso de manteca «como lubricante») porque «quería que María sintiera, y no actuara, su rabia y su humillación».
Pero lo más llamativo es que María Schneider, sobreviviente del abuso (quien falleció en 2011, antes de que la entrevista de Bertolucci se hiciera pública), ya había denunciado la situación en una entrevista con el Daily Mail en 2007. En ella, la actriz afirma que el detalle no estaba en el guion original.
Es otro testimonio más que prueba que los sobrevivientes de abuso sexual suelen ser desestimados, y en este caso el abuso tuvo que esperar casi una década para entrar en el debate.
Hoy, la historia es diferente, y Hollywood comienza a tomar pasos para cambiar la pisada en un avance en derechos que no es gratuito, sino una deuda que se salda después de décadas de lucha.