Santos Orellana Hernández ofreció unos $8,000 para que mataran a la mamá y un tío de su exesposa en Honduras. El sicario Gustavo Ramíres debía cometer el asesinato una vez se concretara el divorcio de Orellana Hernández y tendría que presentar fotografías como prueba.
Santos Orellana Hernández, de 47 años, contrató a Gustavo Ramíres para que matara a su suegra y a otro familiar en Honduras porque intentaba vengarse de su esposa que se estaba divorciando de él. Ramíres notificó al FBI de los planes del hispano y Orellana Hernández fue arrestado. Hace unos días se declaró culpable en una corte federal.
Santos Orellana Hernández, un inmigrante hondureño que se estaba divorciando en Texas, le ofreció 8,000 dólares a un sujeto en su país natal para que asesinara a la madre y el tío de su expareja, pero no contaba con que el sicario se arrepintiera y le contara todo al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
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Para cumplir su amenaza de hacer que la mujer de la cual se estaba divorciando derramara “lágrimas de sangre”, un inmigrante habló varias veces con un supuesto asesino a sueldo. Su plan se vino abajo porque este lo denunció a las autoridades.
En su afán por escapar de las balas, la víctima tropezó con los pequeños y los hizo caer en el mismo lugar donde el atacante disparaba. Ocurrió en Nueva York. Las autoridades ofrecen recompensa para dar con el responsable.
Alma Barragán, aspirante por el partido Movimiento Ciudadano (MC) a la alcaldía de Moroleón, en Guanajuato, fue asesinada a tiros durante un acto de campaña. Sicarios abrieron fuego contra ella en nueve ocasiones. Denisse Sánchez, hija de la víctima, pidió justicia y aseguró que seguirá el legado de su madre.
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José Alberto, Luis Ángel y Ana Karen González perdieron la vida a manos de un comando de ocho sicarios que entraron por la fuerza a la casa para raptarlos. Luego de dos días aparecieron muertos en Guadalajara, México.
Después de seis años de relación, Robert Gordon Letourneau ofreció $5,000 para que un sicario matara a su exnovia. Anteriormente la había amenazado con un destornillador en la garganta.
Fred Alvarez, hace un análisis de los últimos hechos ocurridos en Aguililla, que cobraron la vida de aparentes miembros de Carteles Unidos y que reflejan el mal manejo de la ley que se ha dado en esta zona.
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El menor fue acribillado a balazos al ser confundido con un miembro de una pandilla rival en la guerra por el control de la distribución y venta de drogas en San José, Costa Rica. El adolescente estaba comiendo helado cuando fue atacado.
Mujeres, ancianas y niños quedaron atrapados en medio de un ataque de delincuentes que amenazaban con matarlos o secuestrarlos. Ellas pidieron ayuda con unos videos donde se evidencia la crudeza de la situación en México.
Tras el crimen, compatriotas de la joven víctima han tomado represalias protagonizando incidentes de violencia y generando mensajes de odio en las redes sociales en contra de peruanos. Por su parte, la ACNUR ha calificado esta situación como "aberrante" y, al igual que activistas, ha hecho un llamado a no tomar justicia por mano propia.
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Las autoridades en Louisiana indicaron que el asesino fue enviado por el hermano de la mujer porque quería impedir que la adolescente testificara en su contra por presuntamente haber abusado de ella.
Familiares de desaparecidos en México fueron recibidos a tiros por unos sicarios para impedir que entraran en la zona. Las mujeres se retiraron y cuando volvieron con las autoridades encontraron una macabra escena: un cementerio clandestino.
Unos sicarios llegaron a una comunidad en Michoacán, México, y raptaron a una mujer junto a su hija de 14 años. La madre resultó embarazada de su agresor. Ellas narraron la violencia física y psicológica por la que atravesaron. Afirmaron que fueron testigos de asesinatos.
Arvin Santiago estaba trabajando en una barbería en Florida cuando de repente un hombre abrió la puerta y empezó a disparar. Santiago recibió un disparo mortal en el pecho. Sus compañeros de trabajo se hicieron los muertos. El crimen duró escasos minutos y el sicario sigue libre.
El ataque, atribuido al cartel La Nueva Familia Michoacana, se produjo aprovechando que el lugar estaba vacío, en simultáneo a otra protesta convocada por WhatsApp contra los militares por la muerte el lunes de una mujer en un enfrentamiento contra la organización criminal.
La masacre sucedió en la población de Huetamo, en los límites de Guerrero y el estado de México. Se trataría de un mensaje a la Familia Michoacana que mantiene una guerra sanguinaria por el territorio con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las autoridades investigan si el atropello fue accidental o si el conductor del vehículo tenía la macabra misión de rematar a la víctima en Tijuana, México.