José Manuel Figueroa es Joan Sebastian
Desde niño José Manuel componía versos y canciones cada vez que se le presentaba la oportunidad. A los 13 años su padre le regala con muchos sacrificios su primera guitarra y decide entrar al seminario porque escucha cantar a los seminaristas acompañados de mariachi.
Estudia cuatro años en el seminario pero decide dejarlo. A su salida entra a trabajar en un centro vacacional en Morelos, y aprovecha para cantar con su guitarra a todas horas. Con empeño y mucha insistencia, logra grabar un primer disco y luego viaja a los U.S.A. donde conoce a su primera esposa y empieza la construcción de su carrera profesional. Decide cambiar su nombre artístico y elije el de Joan Sebastian.
Se convierte en un hombre muy atractivo, varonil y físicamente muy fuerte, con una gran estrella y un irresistible encanto. De carácter dominante, temperamento de mecha corta, con una mirada que impone respeto aunque al mismo tiempo puede brillar con una intensa ternura.
Es pragmático y luchador pero al mismo tiempo romántico y sentimental, ameno, divertido, contador de anécdotas de gran detalle, amante de la belleza en todas sus formas, seductor y con gran habilidad para convencer con la palabra. Para él la felicidad es pasajera, incluso en el amor porque después de conseguir a las mujeres pierde un poco el interés.
Descubre que padece cáncer y lucha por mejorar su vida y deshacerse de lo que él mismo llama “el cáncer del alma”. En su etapa de enfermedad sostiene que lo que lo mantiene vivo es el escenario y el público.
Es un hombre muy esplendido en cuanto a regalos. Le gusta manejar, no tiene chofer y disfruta recorrer las carreteras y el campo. Ayuda a la gente y a los pueblos con dinero y apoyo para construir caminos, escuelas e iglesias.
La muerte de sus dos hijos le cambia el carácter. Puso en orden su cáncer del alma y luchó con todas sus fuerzas para mantenerse en pie, y dando ejemplo que con disciplina y constancia, logra mantener la vida con grandeza y dignidad.