Mujer adelgaza de forma radical sin «terrorismo alimenticio», remedios ni cirugía
Bruna Christino es una profesora de Praia Grande, Brasil, de 26 años que desde los 22 venía tratando de perder peso con dietas de moda. Incluso llegó a adelgazar, pero, como sucede en la mayoría de los casos, fue víctima del efecto rebote: no solo recuperó el peso perdido, sino que engordó aún más. «Empecé a hacer dieta por mi cuenta y creía que iba a adelgazar para luego volver a comer normalmente. Este es un error que mucha gente comete, porque lo correcto es la reeducación alimentaria», recuerda.
En 2014, llegó a la obesidad mórbida. «Pesaba 131 kg y, por primera vez, me debilité. No podía amarrar mis cordones o caminar una cuadra porque todo me cansaba. A los 24 años, ya tenía problemas de circulación, y las piernas y las rodillas me dolían mucho. En ese momento decidí que tenía que adelgazar», comenta.
Historia de una pérdida de peso impresionante
Como sus dietas anteriores no habían funcionado, Bruna decidió que iba a hacer algo diferente y buscó una nutricionista y un endocrinólogo. El único remedio que empezó a tomar fue para regular su tiroides, ya que descubrió en aquel momento que sufría de hipotiroidismo.
El endocrinólogo llegó a prescribir un medicamento para la ansiedad para ayudar en la pérdida de peso, pero Bruna se negó a tomarlo. «No tomé el remedio para la ansiedad porque quería una dieta sana, tenía que cambiar mi cabeza. Estaba acostumbrada a comer tres panes franceses en el desayuno y tuve que sustituirlos por una rebanada de pan integral», revela.
De a poco, Bruna fue eliminando las grasas, las frituras, los refrescos y los dulces de su alimentación. «La nutricionista no habló de prohibición. Me gusta hablar de reeducación alimentaria. No fue una tortura», cuenta. El resultado fue 50 kg menos en dos años, lo que se logró mediante metas realistas. Primero, Bruna tenía el objetivo de salir de los 3 dígitos en la balanza. Cuando llegó a los 99 kg, fue en busca de los 80 kg. Ahora, estabilizada en 81 kg, la profesora tiene la meta de alcanzar los 75 kg.
¿Cómo adelgazó 50 kg?
Reeducación alimentaria
Los primeros meses fueron rigurosos: Bruna, que estaba acostumbrada a comer comida rápida cada semana y no consumía ninguna verdura o ensalada, no comió nada fuera de la dieta en este período. «El autocontrol es lo más difícil para el obeso. Por eso, en los primeros 3 o 4 meses iba a fiestas y llevaba viandas, bocadillos, jugos, todo para no boicotear la dieta». Además de almorzar en casa, llevaba aperitivos saludables al trabajo y a la universidad. Cuando no los llevaba, buscaba las mejores opciones en el restaurante, como el yogur y las frutas.
Después de los cuatro meses iniciales, volvió, gradualmente, a comer algunos alimentos que no estaban en su menú inicial, pero con conciencia. «Cuando quería un dulce, comía un bombón, y no una caja entera», contó. Un año después, Bruna pasó a tener el acompañamiento de otra nutricionista que, al igual que la anterior, siempre estuvo en contra del llamado terrorismo alimentario y defiende el equilibrio. Es decir, cuando Bruna siente ganas de comer algo diferente, lo come, pero siempre en una cantidad moderada.
Ejercicio físico
La profesora empezó a hacer caminatas en la playa. Caminar 3 km le llevaba dos horas debido a los dolores que sentía y a su dificultad para moverse.
Después de tres meses de dieta, empezó a andar también en bicicleta y sigue realizando esos dos ejercicios hasta hoy. «Cambié el autobús por la bicicleta para ir y volver del trabajo. Hago unos 10 o 15 km todos los días, y eso me ayuda mucho». Hoy, ella pedalea 20 km en una hora por lo menos dos veces por semana, algo que la obesidad le imposibilitaba hacer.
A pesar de haber intentado ir al gimnasio al inicio del proceso, Bruna cuenta que se sentía como un pez fuera del agua y, por eso, desistió. Ahora, sin embargo, planea volver a la musculación para reducir la flacidez que tiene en los brazos, el vientre y los muslos gracias al adelgazamiento drástico.
Motivación
La profesora cuenta que no habría logrado seguir con la reeducación alimentaria si no fuera por el apoyo que recibió en las redes sociales. La joven creó un blog en el que comparte su trayectoria.
«Yo no soy delgada, soy una “gorda adelgazada”. Todavía tengo problemas con la comida, la compulsión alimentaria, la ansiedad, y en las páginas me desahogo, encuentro personas que están pasando por la misma dificultad que yo, y son las palabras de cariño las que me hacen seguir», explica.
Menú de bajas calorías de Bruna
Actualmente, Bruna sigue una alimentación pobre en carbohidratos y rica en proteínas para ganar masa magra y perder el peso que aún está de más.
Desayuno
- tapioca o galleta de arroz
- 2 pedazos de queso
- café negro con aceite de coco (para dar saciedad)
Colación de la mañana
- frutas y castañas (para dar saciedad)
- agua
Almuerzo
- ensalada de lechuga y tomate + verduras rehogadas
- mandioca, zanahoria blanca o batata
- pollo, carne o huevo
Colación de la tarde
- castañas
- arroz con requesón o paté de ricota
Cena
- sándwich de verduras con ensalada y pan integral (alternativas: huevos revueltos, omelette o minipizza hecha con tapioca y relleno de tomate y queso)
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Original Author: Giovanna Mazzeo Original Author URL: https://www.vix.com/pt/users/giovanna-mazzeo
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