Estas empresas recogen una enorme cantidad de información de cada persona y luego la venden, algo que hace mucho más efectiva la labor de ICE. Entre los datos que facilitan están los correos electrónicos, textos telefónicos, récords de llamadas e imágenes de cámaras que hayan registrado matriculas de conducir. Según The Washington Post, 200 trabajadores de una de esas entidades protestaron por la colaboración con las autoridades de Inmigración.