5 razones por las que ninguna otra forma de jugar supera al joystick
Los debates entre los gamers son cosa corriente en la web. Suele haber discusiones eternas por cuál genero es mejor, cuál desarrolladora realiza los mejores juegos, cuál es el mejor juego dentro de un género determinado, y una enorme lista de etcéteras.
Pero entre todos estos temas de discusión hay uno que es todo un clásico, y es el de qué clase de dispositivo o periférico resulta mejor para jugar. Sin entrar en las preferencias de distintas consolas o PC, sabemos que hay innumerables dispositivos que pueden cumplir esta función, y que incluso cada vez hay más, dado que tenemos toda una gama de artilugios de detección de movimiento que vienen ganando terreno con el avance del VR.
Por ello, hoy quisimos centrarnos en defender al viejo y querido joystick, con 5 razones que demuestran por qué es la mejor forma de jugar.
Advertencia: si piensas leer esto solo para discutir en los comentarios, puede que te sientas un poco frustrado. El tono de este artículo es mayormente humorístico, así que si quieres trollear ten cuidado: podrías salir trolleado. Si esa es tu intención, puedes retirarte por este enlace.
5. Concentración
Un sillón cómodo y el trasero apoyado, una buena pantalla y la vista clavada en los píxeles, y las manos firmemente apretadas alrededor del noble joystick. No necesitas más que eso para poder deleitarte con un buen juego. Estar cómodo, con buena visibilidad y las manos ocupadas en lo que tienen que estar ocupadas.
El joystick te permite reducir las distracciones al mínimo, si tienes bien en claro que tus manos deben estar sujetándolo y no entreteniéndose con cualquier otra tontería (como pueden ser frituras, botellas, pellizcar a la gente que pasa, hurgarte la nariz...). Si respetas esto, tu burbuja de concentración será superior a la de cualquier maestro zen. Créeme.
4. Cerebro y manos ágiles
La coordinación mano-ojo es una de las mayores relaciones de interdependencia sináptica que ocurren en nuestro sistema nervioso. Piensa unos instantes en todos los cálculos que tu cerebro tiene que realizar para saber con qué fuerza debes pulsar un determinado botón (y no otro), en un momento que debe ser solamente ese (y no otro) para lograr determinado resultado exacto (y no otro, como perder la partida). Todo eso ocurre en una microfracción de segundo, y el entrenamiento de nuestro cerebro es tal que ni siquiera hace ruido al lograr esta acción.
Por supuesto que los videojuegos en general son de gran ayuda para desarrollar muchas otras destrezas, pero para la agilidad en el vínculo mano-ojo no hay nada mejor que el joystick.
3. Respeto a la evolución de la especie
Seguro que alguna vez tus abuelos o tus padres te rezongaron por faltarle el respeto a tus mayores. Pues bien, despreciar al joystick es una forma de despreciar a los ancestros de nuestra especie, aquellos homo habilis que millones de años atrás lograron que sus manos empezaran a especializarse en hacer cosas delicadas, desarrollando lo que mencionábamos anteriormente sobre la motricidad y las capacidades asombrosas de nuestras manos trabajando en conjunto con nuestros cerebros.
Cada vez que te pongas a revolear un control de Nintendo Wii como si fuera un garrote o a saltar como un chimpancé delante de un Kinect harás llorar a Charles Darwin en su tumba. Insensato.
2. Familias felices
¿Sabes qué porcentaje de familias dependen de la industria de fabricación de joysticks para subsistir y poder alcanzar sus sueños y ser felices? ¿Eh? ¿No lo sabes? Bueno, nosotros tampoco, pero seguro que existe un determinado porcentaje de trabajadores en el planeta que pueden llevar el pan a la mesa todos los días porque existimos quienes compramos joysticks.
Inclusive, cuando la ira te domine y hagas pedazos un joystick contra el piso por no haber podido superar un nivel de tu juego, piensa en que probablemente al comprar otro estás pagando la universidad del hijo de un fabricante de joysticks en algún lugar del mundo.
1. Razón de ser
Tal vez este sea el más obvio (y el más serio) de todos los motivos, pero no por eso dejaremos de mencionarlo. Jugar utilizando un teclado y un mouse no está mal; jugar con el Kinect o cualquier otro dispositivo de percepción de movimiento tampoco está mal; usar cualquier otro dispositivo, como una tablet, un smartphone o lo que sea que se te ocurra, no tiene nada de malo. Pero los joysticks nacieron para jugar. Su función y la pura razón de su existencia es que los utilices para jugar.
Es como utilizar un martillo. Puedes usarlo para romper huevos y hacer una tortilla, o puedes usarlo para matar a ese mosquito que está por picarte en la frente, pero los resultados no serán tan gratos como si lo usas para colocar un clavo en la pared y cuelgas de allí un hermoso retrato.
Cada herramienta tiene su función, y la del joystick es darnos alegría y celebrar todos los puntos que enumeramos en este artículo.
¿Por qué otras razones crees que usar un joystick es lo mejor que te puede pasar en la vida?
