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Arte y bohemia en Nueva York: el hotel Chelsea

Publicado 21 Ene 2014 – 02:45 PM EST | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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En el número 222 de la Calle 23 del barrio de Chelsea, en Manhattan encontramos los resquicios de uno de los grandes iconos de la vida bohemia y artística de Nueva York: el hotel Chelsea, lugar por el que han pasado desde Bob Dylan a Janis Joplin, cuyas paredes evocan las novelas y canciones que se han escrito en sus noches solitarias y que actualmente es un triste eco del pasado, cerrado por reformas hasta nuevo aviso. Conozcamos algo más sobre la historia del hotel Chelsea.

Antes de Broadway

En 1883, Nueva York continuaba necesitando un reducto propio del llamado ambiente bohemio que ya se respiraba al otro lado del Atlántico durante la Belle Époque. Fue el arquitecto Phillip Hubert quien, siguiendo la ideología basada en el pensador francés Charles Fourier, decidió construir una casa de apartamentos concebida como una comuna socialista, utópica y autosuficiente en algunos aspectos. Construyó este edificio de influencias gótica victorianas y  alojó a sus electricistas y pintores, además de alquilar habitaciones a numerosos artistas, configurando un particular microcosmos.

Tras la apertura del edificio en 1984, el hotel Chelsea se convirtió en el epicentro del Distrito del Teatro gracias a su carácter libre pensador que permitía la entrada a personas de todas las ideologías e inquietudes. Fue el primer lugar en ser nombrado Edificio de Interés Cultural en la ciudad de Nueva York y hasta 1902 fue el edificio más alto de la ciudad. Sin embargo, sería durante comienzos del siglo XX cuando la crisis económica y las nuevas tendencias teatrales (nacimiento de la actual Broadway) modificaron el carácter del hotel.

Este fue adquirido y convertido en hotel en 1905, prevaleciendo el espíritu bohemio de sus primeros años hasta convertirse en un punto de referencia para artistas, desde pintores a cantantes, que la convertirían en la particular Torre de Babel de la Gran Manzana.

Una comuna artística

A pesar de su carácter hotelero, fueron muchas las celebridades que optaron por vivir de forma asidua o permanente en aquel mítico edificio de ladrillos que invitaba a largas conversaciones filosóficas y encuentros inspiradores, aún conservando un 150% de intimidad, según palabras del director de cine Milos Forman.

Escritores como Mark Twain, Dylan Thomas, Leonard Cohen o Arthur Miller (especialmente tras su divorcio de Marilyn Monroe) han pasado por el Chelsea para debatir y crear. Músicos de la talla de Edith Piaf, Bob Dylan, Janis Joplin o más recientemente Pete Doherty también se han alojado, a veces incluso para homenajearlo en posteriores canciones, como fue el caso de Dylan y su pieza Sara.El episodio más trágico de la historia de la música entre las paredes del Chelsea llegó tras el apuñalamiento que Sid Vicious de Sex Pistols a su novia Nancy Spungen en 1978.

El mundo del cine también ha estado vinculado al hotel utilizándolo como lugar de rodaje para películas como Nueva Semanas y Media, o la escritura de libretos como el de 2001: Una Odisea en el Espacio, escrito por Arthur C. Clarke. Por otra parte, actores como Ethan Hawke o Jane Fonda también se han alojado en el hotel.

Por último, el Chelsea también fue lugar de inspiración de Andy Warhol, en especial de su obra The Chelsea Girls, película experimental de nada menos que 210 minutos en la que el mago del art pop intentó reflejar parte de la escena bohemia del lugar. Muchas de sus musas, como Viva o Andrea Feldman acompañaron a Warhol durante su estancia, fusionándose con el resto de artistas que frecuentaban el hotel comuna.

Polémica reforma

En agosto de 2011, el propietario Joseph Chetrit decidió cancelar las reservas, sumiendo al Chelsea en una reforma que aún durante estos días aprisiona el mito del hotel en el más absoluto misterio. Si bien el ambiente bohemio y artístico se seguirá respetando, el hotel se mantiene en reforma hasta nuevo aviso.

El Chelsea no posee el refinamiento de otros alojamientos neoyorquinos como el Plaza o el Astoria, y han sido muchos los turistas que en ocasiones se ha quejado de los servicios quizás " demasiado bohemios" del hotel, entre ellos sábanas rotas o colchones polvorientos, una posible razón de este cambio.

Algo que quizás  va totalmente ligado a la estética que muchos siguen alabando, desde sus cuadros hasta las cómodas y sillones tapizados que convierten cada habitación en un pequeño universo artístico, empolvado en la nostalgia y el carácter mitómano de dormir en la misma cama que Uma Thurman o Bob Dylan. 

Aguardaremos atentos el resultado del nuevo Chelsea, cuya transformación promete mantener el espíritu de un hotel que, durante 106 años se mantuvo como el referente artístico de la ciudad de Nueva York. Muchos aseguran que se volverá a los orígenes, y el hotel pasará a ser un edificio de apartamentos alquilados por altas cantidades. Sea como sea, esperemos que el hotel esté apto para alojarse en breve.

El hotel Chelsea de Nueva York es un edificio que posiblemente haya quedado en el olvido durante los últimos años, pero cuya presencia en la ciudad que nunca duerme ha sido clave para el desarrollo de su movimiento intelectual, una antecesora del Broadway actual y cuya esencia aún prevalece en muchas canciones y películas, dormida ante los nuevos cambios.

¿Alguna vez habías oído hablar del hotel Chelsea? ¿Cuál es el hotel más curioso en el que has estado?

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