Tras una amputación, pensaron que no volverían a la cancha de futbol: hoy es su "llama de vida"
MÉXICO – Uno de los deportes más populares en América Latina y el sueño profesional de muchos niños, el futbol, se ha convertido para un grupo de personas en su “llama de vida”, una muestra de la nueva oportunidad que el destino les concedió, después de sufrir una amputación.
Es en el municipio mexiquense de Coacalco, a unas 16 millas de Ciudad de México. Hay tres canchas de fútbol justo al final del deportivo, detrás de la alberca y de las canchas de tenis y básquetbol.
En cada una de las canchas, los jugadores hacen lo suyo, con algunos aficionados y familiares gritando porras y dando indicaciones como directores técnicos.
Jugadores de futbol de larga data: hallan su "llama de vida" en el deporte después de sufrir una amputación
Con el olor de la tierra recién regada e incluso alguno que otro charco que dejó la lluvia de una noche de junio, en medio de esas canchas poco a poco se van abriendo paso los jugadores que a todas luces se ve son de un mismo equipo.
Llevan playeras de la selección o de equipos mexicanos, maletas con sus aditamentos y se ayudan para avanzar con un par de bastones o muletas de metal.
Son jugadores de futbol de larga data, todos ellos practicantes del deporte desde antes de que les cambiara la vida y pasaran por una amputación por diferentes motivos. Ellos no se sienten diferentes, aunque han tenido que acostumbrarse a las miradas de la gente, como contaron a Univision Washington DC.
Están listos para sostener un encuentro de futbol con un grupo de jóvenes de la universidad ETAC. Sus rivales son, dicen, convencionales, lo cual no representa para ellos un reto; afirman que es más bien una oportunidad de mantenerse activos en el deporte que tanto les gusta.
Futbol con reglas diferentes
En este tipo de futbol no está permitido el uso de prótesis. Los porteros pueden tener ambas piernas, pero han sufrido la amputación de una de sus manos.
Los bastones o las muletas no deben ser utilizadas para ejercer control sobre el balón, aunque no se penaliza que el esférico se encuentre involuntariamente con los mismos.
Muchos de estos jugadores han formado parte de ligas de futbol para personas amputadas. Sin embargo, por razones como falta de apoyo o de tiempo han tenido que dejarlas.
Cuando un accidente te cambia para siempre la vida
En medio del encuentro, un balonazo rompió uno de los bastones de Víctor Hugo González, un abogado que perdió su pierna izquierda después de un accidente automovilístico que lo dejó en coma varios días en Colima, hasta que pudo ser trasladado en ambulancia al céntrico Estado de México.
Un par de esos bastones cuesta más de mil pesos mexicanos, al menos 55 dólares o más de cuatro salarios mínimos diarios, una cantidad que no todos ellos pueden costear.
Arturo Nolasco, por su parte, relata que debe hacerse cargo de su mamá, cuya salud es endeble. Por eso, debió retirarse del futbol para personas amputadas y, siempre que puede, acude a encuentros de aficionados para ver y convivir con sus amigos.
Él recuerda que el 24 de diciembre de 1996 iba a bordo de su motocicleta y una van de transporte público lo impactó de frente. “Estoy vivo de milagro”, asegura, mientras añade que lloró cuando supo que existían los equipos para personas amputadas.
Salud les juega una mala pasada
Las amputaciones no son solo producto de accidentes. Es a veces la salud la que juega una mala pasada y hay que tomar medidas drásticas para salvar la vida.
Así pasó con Víctor Manuel Villaseñor, quien ya terminó su maestría, y se hace espacio entre sus jornadas laborales para jugar futbol, si se da la oportunidad.
“Si yo puedo ganarme una moneda en la calle, puedo llegar a hacer cualquier cosa”, dice con orgullo sobre la actividad que realiza con su amigo Oliver de vez en cuando: hacer ‘dominadas’ o ‘balonear’ en las esquinas, donde la gente que pasa les retribuye con alguna moneda.
“Yo ya jugaba futbol y se me desarrolló un tumor de tanto golpe que me daba en mi tibia. El tumor me causó que me pusieran clavos, me salió un aneurisma debajo de la rodilla y me terminé desangrando”, relata Víctor Manuel, con una sonrisa.
Oliver Naranjo Ortiz cuenta que un osteosarcoma hizo que le amputaran la pierna izquierda. “Salimos del cáncer, gracias a Dios, y estamos echándole los kilos al millón para seguir viviendo, y más con esta experiencia que es el futbol”.
“Ándale”
Oliver invitó a Víctor Manuel a dar exhibiciones en los semáforos. El dinero que obtienen, relata, los ayuda a costear gastos personales, traslados a algunos encuentros de futbol e incluso él espera reunir el dinero para comprar su prótesis; asegura que es más costosa por tener una amputación desde la cadera.
Detalla que ha tenido la fortuna de ayudar a personas a dejar la silla de ruedas y ocupar los bastones y activarse con el deporte. “…Que la gente que tenga alguna discapacidad, sea cual sea, se dé cuenta que sí se puede. Se puede salir adelante”.
A la hora de salir del deportivo, los muchachos pidieron a Víctor Hugo González que se hiciera cargo de armar un nuevo equipo de futbol. Quieren seguir practicando; esperan que no pase mucho tiempo antes de volverse a encontrar en el terreno de juego.